MANZANA PARA DOS (A. Basallo y T. Díez, Religión)

El origen de los males del matrimonio

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Manzana para dos

Autor: A. Basallo y T. Díez

Editorial: Planeta

Género: Religión

Páginas: 240 páginas

Precio: 18,50€

Los autores de Pijama para dos: El matrimonio es una máquina de producir felicidad presentan ahora su nuevo trabajo, basado nuevamente en la complejidad de las relaciones conyugales en la sociedad de hoy en día; una sociedad en la que el que las rupturas y los divorcios están a la orden del día e impiden a muchos alcanzar su objetivo en la vida: ser felices.

Manzana para dos es el nuevo libro de este matrimonio con siete hijos que trata el tema de la pareja desde un punto de vista cristiano. Se trataría de una continuación o un complemento de su anterior publicación.

En esta ocasión se han decantado por el episodio bíblico de Adán y Eva, que en definitiva es la historia de los primeros humanos, del primer matrimonio de toda la historia de la humanidad. Buscando el origen de los problemas que se generan en la pareja, los escritores recurrieron al primer libro de la Biblia, donde se exponen varias ideas interesantes para comprender los conflictos del presente.

La historia es contada por la serpiente, aquella que en el Génesis convence a Eva de comerse la manzana prohibida, condenando a todas las personas a ser mortales. Este animal, que simboliza al diablo, siente una gran envidia por la felicidad de la unión entre el hombre y la mujer, que era un núcleo más fuerte si la unidad estaba compuesta por tres, es decir, junto a Dios.

En el momento en el que Adán y Eva se alimentan del fruto que conlleva el pecado original, comienzan los problemas que impiden la felicidad en el matrimonio. La serpiente va narrando todas las tácticas que emplea para destruir esa unión desde entonces. Puede que el hecho de que el narrador sea el ángel caído convierta al libro en una obra original, interesante y divertida en muchos momentos, siendo en bastantes ocasiones un reflejo de la vida cotidiana en pareja en un modo irónico.

Sin embargo, el punto más crítico del libro es cuando tratan el tema de la mujer. Ambos describen muy bien la idea que pretenden transmitir, pero es muy fácil caer en el error de que se puede estar desprestigiando la figura de la mujer. Pero nada de eso, su personalidad, como la de cualquier persona, tiene sus aspectos buenos y malos, pero de tal fuerza que en ella reside lo que hace especial al matrimonio y la solución a los problemas. El hombre también tiene su protagonismo, pero hay que tener en cuenta que entre ambos sexos hay grandes diferencias, que complementándose constituyen una unidad muy sólida. Los autores explican que parte de los conflictos matrimoniales de hoy en día es el hecho de que se busque la igualdad entre hombre y mujer, pero sin definir correctamente en qué aspectos, convirtiendo a ambos en personas que no se pueden complementar. No se debe hacer una mala interpretación de este concepto, ya que no defienden que la mujer se desprenda de sus derechos, sino que tanto hombre como mujer sean conscientes de sus diferencias. Además, es lo que hace divertido, excitante e inesperado al matrimonio, ya que nadie desea una relación monótona.

Todo comienza porque la serpiente siente envidia, sobre todo de Eva, de la mujer, por lo que aparta de su objetivo de destrucción a la figura masculina. Tal es la personalidad de la mujer, que la serpiente decide convencerla para que se coma la manzana y ella posteriormente hará lo mismo con el hombre, quien la obedece. En definitiva, el objetivo del diablo siempre ha sido acabar con esa felicidad eterna, pero actualmente ese daño es mucho mayor, siendo evidente en la cantidad de relaciones que no llegan a ningún lugar.

También, en el libro se trata otro aspecto fundamental de la mujer en el matrimonio, que es el hecho de la maternidad; ella es la única biológicamente capacitada para llevar a cabo el milagro de la vida, algo que supone una gran responsabilidad.

A muchos no agradará el libro por sus ideas religiosas, pero en bastantes ocasiones los valores cristianos, que siguen perennes en la sociedad, son muchas veces los que orientan por el buen camino para solventar los problemas, ya no solo en el ámbito del matrimonio y la familia, sino en todos.

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