El partido de las estrellas disputado en New Orleans volvió a ser un ejemplo de que este evento ha quedado relegado a un ejercicio de autocomplacencia de los All Stars. Anthony Davis anotó 52 puntos en un encuentro sin defensa que ganó el Oeste, y en el que también celebró la incorporación de Cousins a los Pelicans. Marc Gasol rozó el triple-doble, mientras Gordon y Robinson III se llevaron los concursos de triples y mates.
No se escribirán canciones de gesta sobre el All Star de 2017. El 192-182 del marcador, favorable al Oeste, reflejó lo que se vio durante todo el fin de semana, aburrimiento y hastío. No es una novedad que el fin de semana de las estrellas es un espectáculo más parecido a un photocall que a un duelo de los mejores, pero el de New Orleans volvió a cuestionar si estos fenómenos fans deberían dejar de celebrarse.
La NBA es una maquina bien engrasada –el nuevo contrato televisivo así lo demuestra –pero el espectáculo de media temporada deja en evidencia un curso demasiado cargado de partidos, donde la emoción se limita a la fase de postemporada. Muy diferente del vibrante March Madness, la competición de baloncesto universitaria que es el segundo evento más visto a nivel mundial, solo por detrás de la Super Bowl y muy por delante de los Playoffs de la competición profesional.
Lejos de las apreciaciones sobre la rentabilidad del evento, con las palabras del comisionado Adam Silver sobre la mesa que plantean una hipotética competición de media temporada, el encuentro fue de récord. Con la defensa olvidada en la taquilla, ambos conjuntos se dedicaron a prolongar la sesión de tiros y mates del calentamiento, y los 374 puntos combinados figuraran como la máxima anotación desde que se celebran estos partidos.
También Anthony Davis batió una marca histórica. Con sus 52 puntos se convirtió en el máximo anotador de un All Star y borró el registro marcado en 1962 por el genial Wilt Chamberlain. Vergonzosa hazaña conseguida con el apoyo de sus compañeros, que jugaron para el ala-pívot local, que celebró su MVP del encuentro con un regalo inesperado: el fichaje de DeMarcus Cousins por sus Pelicans.
El morbo –si es que se puede tener morbo en un espectáculo tan soso – lo dieron Durant y Westbrook. El ahora jugador de los Warriors consiguió un triple-doble, mientras que su ex compañero se fue a los 41 puntos. Aunque nadie registró un saludo en los anteriormente amigos y ahora rivales, una jugada combinada de ambos levantó los aplausos de un público adormecido. Nada nuevo bajo el sol.
También se acercó al triple-doble Marc Gasol. El de Sant Boi anotó 10 puntos, capturó 10 rebotes y repartió 8 asistencias y demostró que el baloncesto europeo sigue siendo más serio. Por el Este destacó Antetokounmpo, una de las revelaciones de la temporada que quizás por no ser nacido en el país de las barras y estrellas no se enteró que el choque tenía más de pachanga que de competición. Al final, victoria del Oeste, con un público más centrado en fichajes que en calentamientos televisados.
Novatos, mates, triples, habilidades y Cousins
El resto del fin de semana siguió una pauta establecida. La falta de motivación para acudir a los concursos, huérfanos de estrellas, dejaron estos en meras anécdotas. Glen Robinson III se hacía con una competición de mates donde las ausencias, los fallos con el dron de Aaron Gordon y la falta de imaginación deslucieron un evento que los Duelos Jordan-Wilkins y la sensacional participación de Vince Carter en 2000 habían encumbrado como el momento estelar del All Star.
Tampoco la competición de triples vivió sus mejores días. Después de haber vivido el duelo del año pasado entre los Splash Brothers, Stephen Curry y Klay Thompson, el primero no participó y el segundo no pasó de primera ronda, a pesar de defender el título de 2016. El renacido baloncestisticamente Eric Gordon se reivindicó y se llevó el triunfo ante Kyrie Irving sin especial emoción.
Los aficionados españoles pudieron disfrutar de 'viejos conocidos' en el Rising Star Challenge o partido de las estrellas emergentes. Willy Hernangómez y Alex Abrines disfrutaron del festival de Jamal Murray en la victoria del equipo del Resto del Mundo frente al equipo USA. El compañero de Hernangómez en los Knicks y ex de la ACB Porzingis se llevó el concurso de habilidades mientras dejaba claro que su 2,21 de altura no merman su manejo de balón.
Y entre tanta estrella, saltó la noticia. El pívot DeMarcus Cousins limitó su participación en el All Star a tres minutos, y la razón no tardó en conocerse: Los Kings le traspasaban a los Pelicans, el equipo anfitrión y donde compartirá la pintura con Anthony Davis. Al polémico center le debió convencer la ciudad del Mardi Gras, aunque quizás no tanto la forma de enterarse, mientras celebraba la rueda de prensa post partido. El 23 de febrero se cierra la ventana de fichajes, y la NBA contendrá la respiración para ver si alguna otra estrella hace las maletas como Cousins.
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