NBA

Héroes en la sombra

09-03-2015
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Los Bulls son el claro ejemplo de la definición de trabajo en equipo: Rose, Noah, Gibson y por supuesto Gasol y Mirotic, trabajando codo con codo en pos de la victoria. Y aunque esto es cierto, muchos se olvidan de mencionar a Jimmy Butler, que en numerosas ocasiones es precisamente el jugador clave del partido. El talento del escolta de Chicago se puede resumir en una palabra: versatilidad.

Butler en el parqué es una garantía de anotación y rebotes, pero especialmente, es una garantía en defensa, ya que se pegará como superglue al mejor jugador ofensivo del equipo rival. Y los números no mienten. Los Bulls han perdido más partidos con Butler de baja que con cualquiera de los otros jugadores. Y eso incluye a Derrick Rose, e incluso a Pau Gasol.

Otro jugador que no recibe todo el crédito que se merece es MarcinGortat. Los Washington Wizards, con un record de 35-28, son uno de los equipos que están dando la sorpresa en la presente temporada. En gran parte esto se debe a que el pivot polaco está obrando su magia en el terreno de juego.

Gortat ha ido mejorando exponencialmente con el paso de los años desde su debut con los Magic en el 2007. Ahora, en la capital de los Estados Unidos, el pivot está consiguiendo los mejores números de su carrera. Pero no solo en aspectos tan importantes como en anotación o rebotes, sino incluso en asistencias e incluso en porcentajes de acierto en tiros.

Y esto es solo un granito de arena a todo lo que Gortat aporta a los Wizards. Lo más importante llega con su visión del juego. El pivot ha demostrado ser un jugador cerebral que sabe cómo leer las jugadas rivales para estar siempre en el lugar y momento adecuado. Además, otro gran punto a su favor: es una rata de gimnasio que cuida todos los aspectos de su físico ¿El resultado? Apenas se lesiona. El año pasado jugó 81 partidos, eso le convierte en el pivot que más jugó en la temporada pasada.

Wesley Matthews es otro ejemplo de jugador que se convierte en unos de los pilares del éxito de su equipo aunque apenas obtenga reconocimiento por ello. En gran parte es porque hasta este año nadie daba un duro por él. Debutó en Utah, donde tras unatemporada lo usaron como moneda de cambio en un traspaso con la franquicia de Oregon. En Portland jugó casi siempre como titular, aunque poco tardaba en acabar en el banquillo. No es ningún secreto que por aquel entonces, McMillan buscaba en Matthews el sustituto de Brandon Roy, y esa es una tarea difícil para cualquier jugador de baloncesto.

A pesar de sus repetidas titularidades, el escolta cosechó unos números ofensivos paupérrimos. Nunca superó los 3 puntos de media. Hasta que llegó este año. Precisamente el año en el que McMillan abandonó el equipo. Y ocurrió el estallido. Esta temporada ha supuesto el renacer del jugador. Literalmente es un visto y no visto. Actualmente Matthews promedia casi 16 puntos por partido y ha mejorado considerablemente todos los aspectos de su juego.

Pero al igual que los ejemplos anteriores, eso es solo una pequeña parte de todo lo que aporta a su plantilla. El escolta es la definición de trabajo duro. Desde que sale al parqué, el dorsal número 2 de Portland lo deja todo en el terreno de juego. Un ejemplo es cómo se pega a su contrapartida, y aunque la defensa no sea su punto fuerte, no deja de intentar estorbar al rival. Otro, sería rememorar su labor en la victoria de los Trailblazers sobre los Mavericks en donde acabó cinco veces en las gradas al saltar al vacío para intentar no perder la posesión.

Finalmente, Al Horford se encuentra en otro de esos inexplicables escenarios en los que un jugador no obtiene el reconocimiento que se merece. Y en este caso es pecaminoso. Cierto es que Horford no suma números tan abultados como cuando fue AllStar en el 2010 y 2011 pero es que su simple presencia sobre el parqué cambia el partido. Al igual que Gortat, el dominicano es un ejemplo de jugador cerebral que denota que conoce los fundamentos del juego. A eso hay que sumarle su físico prodigioso, ya que aunque es un pivot de 2,08 metros de altura, no tiene problemas, ni miedo, en plantar cara a los cincos más altos de la liga.

Es innegable que el juego de Horford es una de las explicaciones del increíble éxito de los Atlanta Hawks este año. Tanto en defensa como en ataque, el pivot es la pieza crucial de numerosas jugadas.

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