Roma convierte al Barça en ‘eterno’

Por Álvaro Heralta4 min

El Barcelona de Josep Guardiola ya puede decir que ha inscrito su nombre con letras grandes en la historia. Roma acabó por encumbrar a un equipo que, tras el triunfo en la final de la Copa de Europa, mantendrá su leyenda hasta la eternidad. La victoria del Barça, además, supone el triunfo de un estilo, de un sello propio: el del fútbol de virtuoso y al primer toque. Sin embargo, en la final quien golpeó primero fue el Manchester United. De hecho, los Diablos Rojos pudieron adelantarse en el marcador nada más haber comenzado el partido, cuando una falta ejecutada potentemente por Cristiano Ronaldo fue mal rechazada por Víctor Valdés, que dejó el balón franco a Park Ji-Sung. Aunque, para suerte de los blaugrana, Gerard Piqué despejó el balón a saque de esquina cuando el coreano ya se disponía a marcar. Los azulgrana tardaron en encontrar su sitio en el terreno de juego, puesto que les costó reaccionar a la fuerte presión que ejercieron los de Sir Alex Ferguson. Aún así, dieron la primera estocada a su rival en su primera llegada a la portería de Edwin Van der Sar. Andrés Iniesta, superlativo durante toda la final, cedió el balón a Samuel Eto’o, que, tras dejar sentado a Nemanja Vidic en el corazón del área, batió al meta holandés. A partir del gol, los culés ganaron en confianza y comenzaron a parecerse al equipo que ha deleitado a aficionados de medio mundo esta campaña. Los ingleses, por su parte, quedaron algo tocados. De hecho, los catalanes pudieron dar la puntilla acto seguido: Xavi Hernández, que vio recompensado su buen encuentro al ser designado como Jugador más valioso de la final, sacó un saque de esquina que a un paso estuvo de mandar Leo Messi a la red, pero el argentino no llegó por muy poco al esférico. Los hombres de Ferguson se bloquearon y Ronaldo monopolizó todas sus jugadas de ataque, aunque sin mucho peligro, pues balón que recibió cuero que disparó estuviera en la posición en la que estuviera. Otra de las claves de este control del Barça es que en las jugadas a balón parado en contra, uno de los puntos fuertes del United, ejerció un marcaje en zona que restó mucho peligro. Viendo que desde el tanto encajado el Manchester apenas había inquietado a Valdés, Ferguson decidió mover el banquillo y en el comienzo de la segunda parte dio salida a Carlos Tévez, delantero, en lugar de Anderson Oliveira, mediocentro. Sin embargo, la jugada no le salió bien, pues los hombres de Guardiola estuvieron muy cerca de sentenciar el choque en esos momentos. Thierry Henry, primero, tras una gran jugada personal, no supo batir a Van der Sar. Después, a Messi le faltó el canto de un euro para rematar un excelente pase entre líneas de Eto’o después de haberle ganado la partida tanto a Vidic como a Ferdinand. Xavi culminó este carrusel de ocasiones con lanzamiento de falta que se estrelló contra el poste. Ferguson le vio las orejas al lobo y decidió dar entrada a Dimitar Berbatov en lugar de Park para poner más dinamita arriba. Aunque el escocés se equivocó, pues el Manchester lo que necesitaba eran balones arriba y no más arietes. El esquema de los británicos se resintió mucho, ya que el perder hombres en el medio del campo a favor de la delantera hizo que Xavi e Iniesta tuvieran un mayor protagonismo y sentenciaran a su rival. Pasado el ecuador de la segunda mitad, Xavi cedió el balón al segundo palo a Messi, que, libre de marca, voló para cabecear a la red el servicio enviado desde la derecha por el de Terrasa. El argentino llevó el delirio a los miles de seguidores que acompañaron al Barça a Roma. Sin embargo, Cristiano Ronaldo estuvo a un paso de meter, acto seguido, a los red devils de nuevo en la final. El luso recogió en el interior del área un rechace y se plantó solo ante Valdés, que, al igual que hiciera en el 2006 en París, volvió a erigirse en un salvador y desvió el disparo del portugués a córner. Ahí finalizó el partido, pues entonces el Manchester decidió bajar los brazos y rendirse a la evidencia: el Barça estaba siendo el mejor en Roma. Aunque no todos lo vieron así, pues Ronaldo pagó su frustración con varias entradas duras. Carles Puyol, excelente en el lateral, estuvo a un paso de redondear la fiesta con el tres a cero, pero Van der Sar estuvo más rápido cuando el leridano se disponía a finalizar una excelente jugada colectiva. No importó, pues el resultado que imperaba en el marcador ya atestiguaba que el Barça lo había hecho todo para ser campeón de Europa. Aunque, Roma hizo algo más: encumbrar al Barça en la leyenda y hacer que recuerdo perdure hasta la eternidad.