Messi salva otro desastre

Por Christian Fernández4 min

Si por algo se puede definir al mejor jugador del mundo es por su capacidad de decidir un partido que se precipita al vacío. Nueva pobre imagen del actual líder de la tabla contra un Eibar que más pudo merecer en la segunda mitad. Pero si tienes de rival al "10" argentino no puedes fallar las que te llegan. Un recital de pases de la pulga sentenció el choque entre estos dos trenes, en un campo que ya lleva siendo difícil para los azulgranas desde hace temporadas.

Comenzando por los locales. El Eibar asumía el partido como una nueva oportunidad de dormir en esos puestos europeos que le arrebató el Sevilla en la anterior jornada. Con solo una derrota en 2018, y frente al Atlético de Madrid por 0-1, hacían ver a los vascos altas sus expectativas. Por el otro lado del Ebro, el FC Barcelona. Los de Ernesto Valverde tenían el viento en contra: dos empates seguidos hacían del choque una urgente oportunidad de volver a la senda de la victoria. Y más urgente aún, ya que esta semana que entra su rival será el Chelsea en Londres.

Balón a rodar en las vastas tierras de Euskal Herria y comenzaba el choque. Arrancó el partido con un claro control azulgrana. Pero no de la camiseta local, sino del camuflado azul celeste de los catalanes. A los cinco minutos del pitido inicial, Dmitrovic ya supo lo que era tener el cuero en sus guantes. Y diez después cató lo que es recoger el balón de sus propias redes. Sobre el minuto 15 de juego, el esférico llegó a las botas de Messi. El argentino, con tan solo un miramiento, mandó un magistral pase a su compañero Luis Suárez, al que Diop ni Arbilla pudieron tan siquiera rozar. El uruguayo controló en el área contraria, con un toque se deshizo del arquero serbio, y con otro mandó el balón al fondo de las mallas. 0-1 en el luminoso y optimismo para los visitantes.

Desde ese momento, el balón se mantuvo en una batalla por su posesión. Los de la pequeña localidad guipuzcoana sabían que si a sus rivales no les llegaban los balones, poco daño podrían hacer. En el 37 las tornas del primer tanto se cambiaron. Esta vez fue Suárez el que sirvió en bandeja un balón a su compañero Messi, después de un mano a mano frustrado, pero el argentino se topó con el poste cuando la grada visitante ya cantaba el segundo gol.

No lejos de detenerse, Messi creció. De nuevo, en los instantes finales del primer asalto, el astro argentino mandó un pase entre líneas milimetrado a Jordi Alba, pero el juez de línea decretó fuera de juego. Debió de ser por la niebla que cubre Eibar, pues ese pase era en posición legal. Con ese error puntual se llegó al tiempo reglamentario. Pitido y camino a vestuarios.

La segunda parte comenzó totalmente distinta a la primera. El Eibar era esta vez el encargado de acorralar al Barça en sus dominios. Una carrera de Orellana sobre la línea de cal de la banda acabó en un centro a su compañero Inui, pero el japonés, falto de puntería, mandó el cuero lejos de la meta de Ter Stegen.

En el minuto 66 llegó una acción que resumió el resto del partido. Orellana, con ganas de jugar al Voleibol, mandó de un puñetazo el balón lejos del terreno de juego. Antes de que el cuero tocara el suelo, el árbitro enseñó la cartulina roja al chileno y el posterior camino a vestuarios. Por si eso no fuera poco. Tres minutos después, el señor trencilla volvió a mostrar ese color que tanto se teme en el mundo del fútbol. Pero no a un futbolista, sino a Mendilibar, que tanto quejarse en alto le llevó a quejarse en otra parte. Ipurua parecía una caldera a punto de estallar.

Entre gritos y expulsiones, la zaga defensiva vasca no vio que Sergi Roberto se escapaba por la banda derecha después de un pase por alto de Busquets. Pero el que sí estuvo atento fue el guardameta, que, con una magnífica salida, frustró la ocasión culé. Con uno menos el Eibar rechazó la posesión del balón y comenzó a gastar fuerzas en defensa. Messi tuvo en sus botas el segundo después de un pase por alto de Coutinho, pero Dmitrovic adivinó las intenciones del argentino y sacó la mano izquierda a la intentona de vaselina del delantero azulgrana. Sin tiempo para reaccionar, Inui se coló, después de una contra, en el área barcelonés. Pero su tiro acabó blando y fácil a las manos de Ter Stegen.

Ya en el final, el partido llegó a su sentencia. Jordi Alba recuperó un balón en medio del campo. Carrerón del "flash de Hospitalet" para servir el cuero a Coutinho. El brasileño cambió de banda el cuero con un centro hasta la posición de Aleix Vidal que, de primeras, entregó el esférico a Messi solo delante del portero. Definió mal el argentino, pero el rechace le llegó al que había iniciado la jugada, a Jordi Alba que, sin pensarlo y sin portero, mandó el balón por segunda vez al fondo de las redes. 0-2 y final del partido.

Goleadores:
Luis Suárez (16’)
Jordi Alba (88’)