El Barça gana fácil

Por M. Elena Martínez Quesada2 min

Penúltimo partido en el Camp Nou y victoria fácil para el F.C. Barcelona, que goleó a un Málaga C.F. inexistente ante la atenta mirada de su próximo entrenador, Tito Vilanova. Con un Lionel Messi histórico que con un hat-trick superó la marca del torpedo Gerd Müller y se situó por delante de Cristiano en la lucha por el pichichi, se llevó de calle un partido en el que el conjunto malacitano, desaparecido en combate, se dio por vencido demasiado pronto. Finalmente, 4-1 en el marcador, retraso del alirón madridista y sueño perdido para el Málaga, que no consigue imponerse y alcanzar su plaza europea. Con el corazón en el vestuario y la mirada en el césped del Camp Nou, la afición blaugrana asistía a un partido especial, a uno de los últimos encuentros de la era Guardiola que, en agradecimiento, tenían que ganar. Ante ellos, se encontraba un equipo blanquiazul que ya le paró los pies al líder y que tenía ante sí la oportunidad de adjudicarse una plaza en la Europa League la temporada siguiente. Sin embargo, ganó el efecto sentimental y la oportunidad de poder retrasar el alirón del Real Madrid. Perdió el Málaga, que aunque comenzó encajando un primer gol blaugrana obra de Carles Puyol tras pase de Andrés Iniesta al punto de penalti (1-0), supo responder pronto con un remate de cabeza de José Salomón Rondón (1-1) e incluso tuvo la última oportunidad del partido antes del tiempo del descanso. Con este empate en el marcador, pitaba Turienzo Álvarez el final del primer tiempo. Tras una primera parte poco vistosa en la que a ambos conjuntos les faltaba una marcha más, llegó la segunda parte; y con ella, la polémica. En un partido discreto, sin grandes jugadas ni jugones, apareció un decisivo Leo Messi para hacer historia. Dos penaltis muy discutidos, que esta vez no falló el argentino (3-1), y un fantástico tercer gol en el que regata al portero y dispara magistralmente a portería vacía (4-1), sirvieron para desestabilizar al conjunto malacitano y para decantar un partido sin sobresaltos para el Barça. Con este resultado, el diez culé se convertía en el mejor goleador de la historia del fútbol europeo, y el equipo azulgrana, sin hacer uno de sus mejores partidos, se hacía con una victoria fácil que únicamente servía para retrasar, a expensas del resultado en San Mamés, la celebración merengue, y para el Málaga, su disputa en primera fila por los puestos europeos.