Todos de morros

Por Froilán Mora1 min

Tras el empate de una semana antes contra Osasuna, el Rayo Vallecano seguía matemáticamente en Primera; con el de Mallorca es equipo de Segunda, después de haber disfrutado de cuatro años en la máxima categoría, la estancia más larga de su historia en Primera División. En cuanto al Mallorca, cada semana se evidencia más que sus jugadores tienen la cabeza más puesta en la final de Copa del Rey que en las jornadas que quedan de Liga. La primera parte no tuvo nada que destacar. El Rayo salió prácticamente desesperanzado y el Mallorca ausente. Sin embargo, poco antes de llegar al descanso, las pocas esperanzas vallecanas se desvanecieron en cuanto Osasuna se adelantó y dejaba a los madrileños, de todas todas, en Segunda. El Rayo mereció llegar al descanso con ventaja en el marcador, pero ni Roberto Peragón ni Jon Pérez, Bolo, atinaron en la portería de Leo Franco. El segundo tiempo fue similar al primero, falto del ritmo que se le presupone a un partido en el que ambos equipos se juegan mucho -los locales la UEFA y los visitantes el descenso-. A falta de veinte minutos, Peragón adelantó a los franjirrojos, con un gol que ya no servía para nada. Diez minutos después, Iriney blocó bajo palos con las manos un cabezazo de Nadal, con lo que el árbitro señaló penalti y Pandiani lo anotó. Al final del encuentro Gregorio Manzano, ex entrenador del Rayo, descargó su rabia por no haber sumado los tres puntos, aunque se mostró caballeroso con el equipo y la afición vallecana, a la que le esperan dos semanas de luto.