Actores: Mario Casas, Irene Escolar, Ruth Díaz, Ramón Barea, Kandido Uranga y Josean Beng
Género: Drama
Duración: 110
País: España
Año: XXII
La historia se sitúa a principios de siglo. Allí, abandonado casi en las montañas, está un Martinon (Mario Casas)Mario Casas cazando lobos durante el invierno para conseguir unas monedas en primavera con las que vivir el resto del año. Es el último habitante de un pueblo remoto azotado por las nieves, que le permite vivir en paz con la naturaleza, aunque con una gran austeridad. Dicho de otra forma: meternos bajo la piel del cazador, como insinúa el título, para hacernos ver que, más allá de su coraza, efectivamente tiene sentimientos.
Fuentes cumple con la frase: "la gente odia el silencio pues con él escuchan la verdad". El guión es prescindible cuando se nos presentan imágenes tan visuales como las que muestra el documentalista Samu Fuentes.
Los sonidos, que no la banda sonora, son tan realistas que casi parece que están al lado del espectador. Y la banda sonora logra conseguir lo que a lo visual le es imposible. Sí es cierto que a la película le falta algo de potencia.
Presenta un Mario Casas muy empeñado en demostrar que es más que una cara bonita con la que triunfó cuando llegó a la fama. Un Mario Casas cuyo personaje al que interpreta es solitario y falto de emoción. Al igual que el resto de personajes que aparecen,
Grabada en paisajes de Navarra, Oviedo y Asturias, el director de fotografía, Aitor Mantxola saca partido de estos maravillosos escenarios verdes. Sin saber muy bien si el problema está en el guion o la falta de conexión del protagonista de Martín con el espectador, no debe tacharse de la lista de películas para ver este 2018.
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