Actores: Martin Sheen, Lucas Quintana, Jacqueline Duprey, Aris Mejías
Género: Drama
Duración: 86 minutos
País: Puerto Rico
Año: XXII
The Vessel gira en torno al drama que vive un pueblo costero después de que un tsunami arrasara la única escuela de primaria de la población diez años atrás. Leo (Lucas Quintana) es un joven que sobrevive entre las aguas a un accidente en el que todos le dan por muerto, convirtiéndose en el único superviviente del tsunami y ahora se propone construir, en tan solo unos días, un navío con los restos de las aulas, hazaña que sorprenderá y despertará el entusiasmo de todo el pueblo, adormecido durante muchos años. El protagonista se encontrará con la llegada de un cura (Martin Sheen) que adoptará el papel de intermediario religioso tratando de invitar a la gente a dejar atrás el longevo luto para que vuelva a latir el corazón del pueblo.
Este drama puertorriqueño es la ópera prima de Julio Quintana en la gran pantalla. The Vessel nos muestra una presencia abrumadora de la religión, donde lo importante es la desolación de un pueblo que ha perdido la vida, de un lugar donde la fe ha quedado minada y los milagros han perdido toda su credibilidad, aunque la gente está deseando tener algo a lo que agarrarse. Nos encontramos ante una película que ha intentado (y consigue) plasmar la desolación tras la devastación de un tsunami pero se queda corta al intentar introducir el papel de un nuevo mesías, ya que el filme se centra más en el ámbito religioso que en el desarrollo humano, es decir, intenta introducir la figura de un nuevo salvador que tiene ante sí una situación superior a él mismo, pero en vez de tener más en cuenta el desarrollo personal que lleva a cabo, la cinta sugiere que el poder de la fe puede lograr imposibles.
Hay que romper una lanza a favor de la habilidad de Quintana a la hora de aprovechar cada partícula de la espléndida luz puertorriqueña que sirve de apoyo a la pareja de actores que forman Lucas Quintana y Martin Sheen, y a su vez, la habilidad del director de introducir paralelismos entre la figura de Jesucristo y el protagonista, que hace que la cinta no se convierta pesada para el espectador por los temas que se tratan.
En cuanto a la actuación, al personaje de Lucas Quintana (Leo) lo que le hace realmente atractivo es que su progreso tiene más que ver consigo mismo, con su lucha interna. Los personajes femeninos quedan algo eclipsados debido a la actuación de los dos protagonistas, pero también es notable la presencia de la madre (Jacqueline Duprey) como un alguien tremendamente complejo y traumatizado, y de la amada de Leo (Aris Mejías), que representa el cambio de mentalidad en un sitio tan aferrado al drama que provocó el tsunami hace diez años. Por su parte, Martin Sheen pone el carisma y las contradicciones de la iglesia católica.
Una película en la que Quintana podría haberse ido por las ramas, pero ahonda en la esperanza perdida, la fragilidad humana y lo susceptibles que somos a depender de la labor de los demás para salir adelante.