Actores: Annika Hallin, Henrik Norlén, Maxim Mehmet y Amy Diamond.
Género: Drama
Duración: 95 minutos
País: Suecia
Año: XXII
Puede que en tu vida te hayas topado con alguna de esas personas que de tantas cosas que pretenden hacer no terminan haciendo ninguna al completo. Es entonces cuando, con intención de dar un consejo y no de molestar, se dice “quien mucho abarca, poco aprieta”. Hay veces que dan ganas de decirle esa misma frase a algunas películas. Este es el caso de Mi perfecta hermana, la primera película de la guionista sueca Sanna Lenken.
Mi hermana perfecta es una película que llama la atención en un primer momento por el interés social del aparente tema principal (uno de ellos): La anorexia. Todo el mundo sabe lo que es la anorexia –y su prima la bulimia- e incluso, puede que la mayoría podamos nombrar a varias personas de nuestro círculo más cercano que han pasado por esta enfermedad que se nota cómo mata más por fuera pero que se sufre más por dentro. Pero, ¿cómo es realmente pasar por algo así? Pocos lo saben. Las victimas de esta enfermedad psicológica suelen tratar de mantener el secreto de su delgadez insalubre. Algunas veces ni siquiera los amigos más cercanos oyen esa confesión salir de la boca de la persona afectada, a pesar de saberlo a ciencia cierta. Y ahí está el segundo tema que gira alrededor de la anorexia pero que va cogiendo fuerza sobre él: Las personas que viven bajo el mismo techo de la persona enferma y los que viven su día a día, la familia.
Katja (interpretada por Amy Diamond), es una joven guapa, aplicada, que hace patinaje artístico y, por supuesto, es delgada. Un aparente modelo a seguir; la hija que todo padre podría desear y la eternamente inalcanzable hermana mayor. Por el otro lado, está Stella (interpretada por Rebecka Josephson, la nieta del actor fetiche de Ingmar Bergan), la hermana pequeña pelirroja y regordeta que mira a su hermana mayor como una groupie. La pequeña Stella, observa a su ídolo con tanto detalle que un día cualquiera se da cuenta de que algo no funciona, que algo no va bien en la vida del ser que más admira en el mundo y, lo peor de todo, que no puede hacer nada por remediarlo. Katja, al ser descubierta por su hermana, la amenaza si descubre el secreto que guardaba con tanto esmero y Stella, en el limbo entre la preocupación por su hermana y la lealtad que le debe, va llevando, entre mentiras y manipulaciones, a que la unión familiar se vaya resquebrajando poco a poco.
En una primera mirada la película parece que quiere hablar de la anorexia de la admirada Katja, después, va derivando a los problemas familiares que nacen de una situación tan complicada, para terminar dejando a Stella como la verdadera protagonista del film. En el fondo, la voz de la película es la de una niña de 11 años que ve cómo su hermana va cayendo poco a poco (y llevándose a su familia con ella) desde lo alto del pedestal que ella misma le había creado y cómo todo esto le afecta en un momento en el que recién está entrando en la pubertad. “Quién mucho abarca, poco aprieta” y la película trata de contar tantos temas que no se termina de centrar en ninguno. Por un lado tenemos la enfermedad de la anorexia, por otro, la presión que Katja tiene sobre sus hombros por tratar de ser perfecta, también los conflictos familiares que surgen de una situación tan dramática como esta, y, por supuesto, el descubrimiento de la pubertad de Stella y cómo observa todo desde esta mirada inocente de hermana pequeña. La propia guionista sabe que “hay varias cuestiones en la película” sin verlo como algo negativo. Quizá, lo que le ocurre a los que critican esta dispersión es que el film trata unos temas con tanto potencial que siempre buscará más profundidad en ellos y la película no puede conseguirlo todo.
La mayoría de veces ocurre que una película genera más expectación cuando está basada en hechos reales o basada en un testimonio real. Mi hermana perfecta es una película que, aunque no alardea de ello, está escrita por una persona que vivió en primera persona el drama de la anorexia, pues Sanna Lenken pasó por ello en la adolescencia y asegura que el film está basado en su propia historia. Al comenzar a escribir el guión lo hizo desde el punto de vista de la persona enferma, hasta que se acordó de su hermana menor y recordó también por lo que ella había pasado: “Luego me acordé de mi hermana, de su miedo, el temor de que yo me muriese. En realidad, más que por el hecho de que no comiese, lo que la preocupaba es que tuviese una enfermedad mental, porque con los trastornos alimenticios ocurre. Te haces manipuladora, tienes ataques de histeria”.
No es en esta película, que lleva escribiendo desde hace seis años, la primera vez que la guionista narra sobre la anorexia, Eating lunch es un corto que trata el mismo tema pero desde un punto de vista diferente al largo. Se aprecia que el tema de la anorexia es un tema muy importante para Lenken y el objetivo de concienciación que busca merece los tres premios que ha ganado en el Festival de Cine Europeo de Lecce. Ella misma asegura que “no ha visto muchas” películas que narren historias de problemas alimenticios y ella los considera como “una adicción como las drogas o el alcohol” que “está creciendo mucho en Suecia”. Lo que más desearía sería “que los adultos la viesen con sus hijos y reflexionasen sobre el peso que los adolescentes soportan sobre sus hombros”, y seguramente lo diga con conocimiento de causa.
En lo que sí coinciden la mayoría de críticas hacia la película es en su resolución. Pareciera que la misma Sanna Lenken quisiera darle un final feliz a la historia que ella misma vivió y después del drama familiar y de dar a entender las complicaciones de un trastorno como el alimenticio, todo se soluciona muy fácilmente.
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