Actores: Nora Navas, Pilar López de Ayala, Carmen Machi, Ernesto Alterio, Karra Elejalde
Género: Comedia
Duración: 93 minutos
País: España
Año: XXII
La voz de Julia Otero repite un cliché por todos conocido a través de una cadena de radio que suena en medio de la noche: el amor ocurre cuando menos te lo esperas y en el lugar más insospechado. Puede ocurrir en una mañana tranquila de camino al trabajo; en un autobús al cruzar miradas con un desconocido; o en la intimidad de un vehículo con la persona a la que llevas viendo unas semanas. En un instante, tomas conciencia de lo maravilloso que sería compartir algo más que unas cuantas cervezas y algo de sexo ocasional con el copiloto que te acompaña a un evento social al que no te apetecía ir.
Los coches se convierten, en la nueva película dirigida por Manuela Moreno (“Cómo sobrevivir a una despedida”, “Pipas”), en el escenario de distintas historias de amor. En Rumbos aparecen dos coches particulares, una ambulancia, un taxi, un autocar y un enorme camión. Distintos emplazamientos móviles; diferentes concepciones y formas de entender el cariño, la pasión y la ternura; distintos personajes con emociones complejas y aparentemente aislados terminan descubriendo que están más conectados de lo que parecen.
Con un reparto formado por Carmen Machi, Ernesto Alterio, Pilar López de Ayala, Miki Esparbé, Nora Navas, Emilio Palacios y Karra Elejalde, la película, rodada entre Barcelona y Navarra, recoge en unas pocas horas un amplio contenido emocional materializado en personas perdidas, cada una a su manera en el terreno amoroso. En una noche cualquiera, con el calor sofocante del verano nocturno, el largometraje de Burló Moreno, cruza a dos adolescentes en busca de adrenalina y velocidad; un matrimonio no tan unido; un enfermero con el corazón roto; una mujer abandonada y el conductor de un camión indeciso ante los nuevos sentimientos que le envuelven por primera vez.
Los vehículos, particulares y públicos, han sido testigos de comienzos, finales, alegrías, tristezas, enfados y algún que otro encuentro íntimo. Contenedores pequeños de amores a veces demasiado grandes para quedarse encerrados por el mecanismo de seguridad del automóvil. Rumbos hace que la claustrofobia que pueda provocar la cabina de un tráiler, se pierda en la inmensidad de la noche. Que esa dificultad para decir un “te quiero”, a veces tan necesario, no es tan imposible al fin y al cabo cuando se han compartido vivencias comunes.
El amor aparece cuando menos se espera, y no por ello es más fácil. La comedia dramática no es ni tan triste ni tan hilarante. Necesita esfuerzo y valor para ser entendida y asimilada. Que las pequeñas cosas como discusiones, problemas y malentendidos no sean un freno de mano para que algo crezca. Que el tiempo, las rutinas, los miedos, los “y si” no averíen el motor que mueve el amor del espectador.
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