Actores: Bryan Cranston, Diane Lane, Helen Mirren, John Goodman, Elle Fanning, Louis C.K.
Género: Biográfico
Duración: 124 minutos
País: EEUU
Año: XXII
Gregory Peck, o más bien su personaje en Vacaciones en Roma, decía: "La vida no es siempre como a uno le gustaría". Algo así debía pensar el guionista del film, Dalton Trumbo, al que sus ideales lo mandaron a las mazmorras de Hollywood, pero desde allí, y gracias a su texto, lanzó al estrellato a una actriz como Audrey Hepburn.
Ser capitalista en los años 40 en Estados Unidos y triunfar no eran compatibles y por ello el guionista Trumbo, en el que se basa la verdadera historia de este film se convirtió en una de las muchas personas que se sumaron a la lista negra. Su trabajo se vio boicoteado por los grandes mandatarios, pero él no se dio por vencido y firmó guiones tan exitosos como Vacaciones en Roma, bajo el sobrenombre de McLellan Hunter, o El bravo, que fueron reconocidos con el Oscar al mejor guión.
Durante los 124 minutos de película se observa perfectamente la caza de brujas ejercida por la Comisión de Actividades Antiamericanas, que inicia su campaña anticomunista, provocando que Trumbo termine en una cárcel lejos de su casa y vendido por gente a la que él consideraba su amigo. Es entonces cuando tanto él como su familia montan una especie de empresa en la que los guiones y las llamadas telefónicas van y vienen especialmente por la noche.
Jay Roach, director de films como Borat o Brüno, vuelve más serio con un trabajo que empieza lento pero termina convenciendo. En cuanto al reparto, Bryan Cranston interpreta a un cansado Dalton Trumbo, que empieza soñando muy alto pero poco a poco se da cuenta de que lo que la vida le tiene preparado, como parafraseaba anteriormente a través de Vacaciones en Roma, no es lo que a él le gustaría. Diane Lane, Helen Mirren y John Goodman, entre otros, completan un reparto que consigue enganchar.
La vida de este guionista hace pensar la influencia del cine en los espectadores, y de la política en el cine, un circulo vicioso del que es realmente difícil salir pero muy fácil entrar. Trumbo es una de esas películas que hay que ver hasta el final, aunque las ganas de dejarla para otro momento crezcan, consigue ir de menos a más. Para en el momento justo, con unas palabras que, aunque queden en el aire suenan sinceras y verdaderas, unas palabras que convencen al espectador.
Por cierto, no se muevan de su asiento hasta que la pantalla se vaya a negro, los créditos siempre tienen algo que decir, bueno o malo, pero siempre dirán algo.
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