Érase una vez, hace millones de años, una especie muy diferente a la nuestra habitaba la tierra; nosotros la llamamos dinosaurios. Estas criaturas vivían tranquilamente en su hábitat hasta que un buen día, sin ninguno de ellos esperarlo, un asteroide impactó en… Espera. No. Eso no pasó. Al menos en el mundo de Arlo, eso no ocurrió así. El asteroide pasó de largo y los dinosaurios aún dominan la tierra.
El viaje de Arlo (The good dinosaur) es la segunda película, junto con Del Revés (Inside Out), que Disney y Pixar lanzan este 2015. En este film, al contrario que en la famosa trilogía de Jurassic Park, los dinosaurios dejan de ser animales -más o menos peligrosos- para convertirse en la especie inteligente del planeta. Y es que nadie puede saber qué hubiese ocurrido si estos enormes reptiles no se hubiesen extinguido, y por eso Bob Peterson -creador de “Up” y “Buscando a Nemo”-, como no es precisamente imaginación lo que le falta, nos trae esta divertida aventura prehistórica de animación.
Arlo es un adorable y miedoso apatosaurio que, tras ser arrastrado por una corriente de agua, pierde a su padre. Recordándonos a la historia de Nemo, esto le lleva a vivir increíbles aventuras en un inhóspito y desconocido mundo de dinosaurios. Y, al igual que el pez payaso encuentra a su inseparable compañera Dori, Arlo entabla una tierna amistad con Spot, un salvaje niño cavernícola que se convierte en su mascota. Durante su viaje de regreso a casa, Arlo, con la ayuda y el apoyo de ese niño de seis años que más que niño es un perro, superará todos sus miedos y se probará a sí mismo.
El personaje de Spot es según la productora de la película, Denise Ream, un “personaje del que se ha enamorado, increíblemente entretenido y con gran empatía”. En él vemos cómo Peterson no solo quiere jugar con la idea de qué hubiese ocurrido en la tierra si los dinasaurios no se hubiesen extinguido nunca, también realiza un “cambio de papeles” y busca reflexionar sobre la parte animal de los humanos e imaginar a los dinosaurios como nosotros. Como en la mayoría de largometrajes de animación de Pixar, la madurez es uno de los temas principales y por eso el mundo al que se enfrenta Arlo “es árido, a veces agresivo” ya que el pequeño dinosaurio madurará “enfrentando situaciones extremas”, según Peter Shon, director del largometraje.
Pero por lo que destaca esta nueva apuesta de animación de Disney, más que por su guión, es por su narrativa visual y el realismo conseguido gracias a la tecnología 3D. La naturaleza es protagonista y el paisaje está inspirado en las montañas del noroeste de Estados Unidos. Un dato curioso sobre el film es que el equipo viajó, en busca de inspiración, a los estados de Oregon, Montana y Wyoming donde recorrieron a caballo y en canoa los lugares donde se perdería el pequeño dinosaurio.
Es cierto que aún tenemos muy reciente la exitosa película sobre los sentimientos (Inside Out) y esto quizá nos anime –o no- a adentrarnos al nuevo mundo prehistórico creado por Pixar. Sea como sea, las primeras críticas de la nueva apuesta del estudio que se estrena el día 27 de Noviembre en España son muy positivas.
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