Actores: Rosamund Pike, David Tennant, Billy Connolly, Celia Imrie, Ben Miller, Amelia Bu
Género: Comedia
Duración: 95 minutos
País: Gran Bretaña
Año: XXII
Según el refrán los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. Sobre los primeros no hay nada que objetar, pero los segundos han sido elegidos protagonistas por antonomasia de la nueva comedia familiar Nuestro último verano en Escocia de Guy Jenkin. Esta cinta narra la historia de un matrimonio a punto de la ruptura y sus extravagantes pero carismáticos retoños, unos niños que eclipsarán la pantalla a penas arranque la trama. Puede que a primera vista, la película sea considerada divertida pero del montón, sin embargo, esta vez guarda algo más detrás…
Para empezar, el humor británico siempre ha gozado de gran prestigio y son muchas las joyas del séptimo arte pertenecientes a esa nacionalidad que hacen soltar la carcajada. Algunos ejemplos son Un funeral de muerte, Cuatro bodas y un funeral o El diario de Bridget Jones, entre otras, pero todas ellas pertenecen al género romántico, no hay historias familiares muy reseñables de este tipo. No obstante, las hay, y son muchas, sin demasiado esfuerzo acudirán a la mente del espectador títulos como Doce en casa, Juntos y revueltos o incluso Pequeña Miss Sunshine. Todas estas responden al mismo prototipo que el filme de Jenkin. Eso sí, son americanas, no inglesas.
E aquí la buena idea del cineasta al intentar aunar, con bastante éxito además, la genialidad y facilidad de unos a la hora de hacer reír y la imaginación desenfrenada de los otros para sacar de la nada tramas familiares de todo tipo, rocambolescas, enternecedoras o ambas, como ocurre en este caso. Es una ocurrencia digna de alabanza situar al niño como conductor por la tortuosa vida de unos adultos tan torturados por las circunstancias que han olvidado el lado más amable de la existencia. El cerebro humano es imprevisible y complejo, imaginar una mente así de intrincada en jovencitos es sencillamente genial. Lo que nadie se atreve a decir lo expresan ellos y eso dará lugar a mil y una situaciones sin desperdicio, simplemente hay que ponerse en su lugar, ser natural y dejarse llevar.
El contraste entre ambos universos es sumamente enriquecedor y más aún si el reparto del filme esta cuajado de grandes estrellas entre las que figuran Billy Connolly o David Tennant, como los más destacados. Las interpretaciones están estupendas, todos quedan muy creíbles en sus rolles dentro del clan. Este es otro punto absolutamente favorable, dentro de las situaciones retorcidas que se imaginan siempre se puede encontrar ese punto de cordura que lo mantiene en la tierra y que incita a pensar, ¿Por qué no? Podría ocurrir. Un guion repleto de circunstancias guasonas y sensibles en su justa medida convierten al resultado final en una delicia para los amantes del buen cine, de ese original que ya no abunda tanto.
En definitiva una comedia con mayúsculas, fabricada para deleitar, pero también para intentar que el espectador piense y principalmente sienta, un lujo encontrar una obra así, que no solo busca vender en masa o llamar la atención, sino dejar esa sensación de bienestar que algunas consiguen hacer perdurar en la mente de los verdaderos devotos de los largometrajes con un mensaje sincero.