ESCOBAR: PARAíSO PERDIDO (Andrea Di Stefano, XXII)

Doble cara oculta

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Escobar: Paraíso perdido

Director: Andrea Di Stefano

Actores: Benicio del Toro, Josh Hutcherson, Claudia Traisac, Brady Corbet, Carlos Bardem,

Género: Suspense

Duración: 114 minutos

País: Francia, España

Año: XXII

Pablo Escobar es un personaje casi ya histórico, el más famoso traficante de droga de Colombia. Ahora su historia salta a la gran pantalla de la mano del cineasta Andrea Di Stefano. Sin embargo, contra todo pronóstico, aquí no se explota la faceta más puramente negociadora del pez gordo. La cinta busca otra perspectiva para un tema que parece tener un único prisma de visión. Si al público se le pregunta sobre filmes que hablen de la drogadicción o el tráfico de estupefacientes, seguramente lo relacione siempre con oscuridad, miedo, dependencia, ruina… en el caso de hablar de aquellos que lo consuman. La cosa cambia cuando gira entorno a los mafiosos, los camellos proveedores de la sustancia. Vienen a la mente imágenes de hombres exquisitamente trajeados, rodeados de dinero, corruptos y definitivamente casi siempre sin ningún tipo de escrúpulo más allá de la pura esfera de poder fraudulento.

En Escobar: Paraíso perdido lo que se pretende es darle a la bestia creada en torno a la figura de Escobar un trasfondo ligeramente sentimental, lo cual, lejos de acercarle a algo parecido a la humanidad o los valores, puede servir incluso para intensificar más ese criterio escalofriante que se cierne sobre su leyenda. En esta película es Nick quien dirige el relato hacia el mundo del negociante. Este es un surfero que llega a Colombia para visitar a su hermano. Esa tierra la parece un auténtico paraíso con sus playas y su clima…Por su puesto, las mujeres también son deliciosas y él cae prendado de María, una joven lugareña que parece encantadora y que resulta ser la sobrina de Escobar.

Para empezar a hablar de diferencias tangibles con respecto a otras películas que hablan del mundo del contrabando, hay que darse cuenta de que esta contempla un arranque muy diferente. Todo empieza con una trama romántica. A partir de aquí se comprueba la visión que tienen los ciudadanos del mafioso. Para ellos actúa como una especie de Robín Hood y en cierto modo roba a los ricos para dárselo a los pobres, ¿Pero de qué manera? ¿El fin justifica siempre los medios? ¿Y las adversidades del camino? Quien sabe, quizá el mundo del propio Robín no es tan bonito como lo han pintado las producciones sobre él. Pero no hay que olvidar que mientras este héroe vive en la ficción, el otro lo hace en el mundo real…Aquí se empieza a intuir el punto fuerte del largometraje.

¿Qué rodea en realidad a los bajos fondos de esa Colombia, un profundo analfabetismo e ingenuidad u otra concepción de ideales tan válidos como difíciles de entender? La clave está en situar al protagonista acompañado por su familia, pintarle como un hombre de a pie, con vida y alma además de un gran negocio, Alquilen que solo actúa bajo el manto de esa gente que merece su confianza. El juego de la doble cara oculta y la moral múltiple está siempre presente y todas las perspectivas aplicadas son igualmente interesantes, al menos para observar como se manejaba y expresaba alguien de esas características.

Además conviene destacar la gran interpretación que desarrolla Benicio Del Toro en el papel principal, realmente genial, así como la del resto de actores, todos parecen estar a la altura de las exigencias para una película que sorprende positivamente. Muy recomendable.

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