Actores: Dwayne Johnson, Rufus Sewell, Aksel Hennie, Ingrid Bolso Berdal, Ian McShane...
Género: Fantasía
Duración: 98 minutos
País: EE.UU
Año: XXII
El semi dios que presenta Brett Ratner explota más la faceta humana que la divina. El cineasta busca desmitificar la leyenda del Hércules más popular, la que lleva manejándose en la pantalla grande tanto tiempo. En este largometraje el héroe se convierte en una especie de mercenario atormentado por su complejo destino y únicamente preocupado por amasar la máxima fortuna posible en sus empresas, en las que abusa de su condición especial y su extrema fuerza para salir siempre victorioso.
Hasta aquí, todo parece muy correcto y bastante acertado. Un punto de partida prometedor, con altas dosis de originalidad y una cara desconocida del protagonista hacen imaginar al espectador que está ante un producto innovador. La leyenda de siempre como nunca. Falso.
Todas las esperanzas se verán truncadas, al menos las del público medianamente exigente, cuando comprueben que lo de la nueva faceta de Hércules no es sino una excusa para convertir la historia en un campo de batalla constante donde la reina indiscutible es la increíble fuerza del sujeto, que se conoce de sobra y está ya más que manida. Cuando uno sale de la sala lo hace con la sensación de haber asistido a una mezcolanza entre una fábula y una trama de peleas y sangre al más puro estilo 300.
La parte de fábula también queda bastante frustrada. En algunos momentos el panorama parece querer explorar el aspecto más íntimo e incluso sensible del film, que lo hay, y mucho, pero todo se queda en un simulacro mediocre. Aquí no se explica nada, no se profundiza en la forma de sentir y ser de los personajes. Es un quiero y no puedo. Después de todo, prevalece el espíritu de la venta fácil. Precisamente esto es esta versión de Hércules, una cinta que da solo lo que espera un público muy fraccionado, mayormente compuesto por hombres, y solo para pasar un rato entretenido. Así que incluso cumpliendo una misión meramente comercial parece quedarse algo corta.
Si hay dos factores dignos de mención que aportan algo positivo al filme. Por un lado están las peleas. Estas son increíbles, en todos los aspectos. Absolutamente efectistas e impactantes, las recreaciones de los monstruos no puede ser más acertada. El otro punto a favor que destacar es la interpretación del actor protagonista, Dwayne Johnson cumple con su papel en todo momento, se cree a pies juntillas el papel que asume y eso siempre es de agradecer. Está claro que no busca en ningún momento otra cosa además de lucir su desmesurada fuerza, pero al fin y al cabo, su trabajo no le pide nada más. La película destila fuerza en cada fotograma y no siempre en el mejor sentido, pero en lo que a él respecta cumple.
Desde luego merece ser mejor valorada que Hércules, el origen de la leyenda. En el país de los ciegos, el tuerto es el rey y si el director no quiso recurrir a la parte más fantástica de la vida del héroe, tendría que haber aprovechado su potencial de hombre para hacer algo mejor que un argumento olvidable y una historia poco creíble y excesivamente violenta. Eso sí, viene bien recordar algunos puntos de humor inteligente que desentonan en el aire general, como el adivino de quien el destino se burla una y otra vez. Buena forma de dar a entender que la suerte se busca, no se asigna.
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