Deportes  La Semana que vivimos - Del 11 al 17 de diciembre de 2000 - Número 186  

España devuelve la medalla
de oro del baloncesto

Roberto J. Madrigal.- El baloncesto para discapacitados intelectuales está restringido a jugadores con un cociente intelectual inferior a 80, cuando el de una persona normal es de 90 o 100.

Esta cifra supone un retraso mental importante, que comporta una dificultad para aprender un sistema de juego. Es casi imposible que una persona con discapacidad intelectual se integre con normalidad en un grupo de personas sin minusvalías. Y Carlos Adán, Enrique Castro, Daniel Pons, Adolfo Poveda, Juan Luis Rodríguez, Fernando Arias, Benito Martínez, Ángel Prieto, Jordi Pons y Carlos Ribagorda se integraban perfectamente. Ninguno de estos diez jugadores fue sometido a pruebas de selección que determinasen su cociente intelectual, y ninguno disputó campeonatos oficiales de discapacitados intelectuales. Por ello, todos estos jugadores deben devolver ahora su medalla de oro paralímpica.
Con todo, el fraude se descubrió después de dos años, cuando varios jugadores de la selección se habían proclamado campeones mundiales en 1998 y europeos en 1999. La beca de 500.000 pesetas para cada jugador (la máxima) y las subvenciones a la FEDDI por estas victorias nunca llegaron a los discapacitados intelectuales ni a sus clubes. Lo reconocía el ex seleccionador nacional de baloncesto, Jordi Clarens: "Todas las selecciones estaban igual, simplemente nuestros jugadores eran mejores. Lo triste de esto es que mis chicos de siempre, discapacitados de verdad, no han visto un duro".
El escándalo se destapó cuando se supo que ningún jugador del equipo campeón de España de baloncesto para discapacitados intelectuales, el C.B. Alcalá [de Henares], fue convocado por la FEDDI para los Paralímpicos de Sídney. Varios jugadores de la selección paralímpica ocultaron su condición de discapacitados y jugadores y fingieron ir a Sídney como parte del equipo técnico, cargo que desempeñan en distintos clubes (como muestra, Enrique Castro era ayudante del equipo junior 'A' del Estudiantes y Ángel Prieto entrena a un equipo senior femenino de Segunda Nacional). Además, Juan Luis Rodríguez jugó la temporada 1999/2000 en el equipo de Liga EBA del Estudiantes. El jugador que destapó el escándalo más tarde, periodista, lo hizo para obtener publicidad para sí mismo y para la revista en la que trabaja.
[14-12-2000]


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