INTERNACIONAL.-
Ehud Barak y Yasir Arafat buscan la paz.
El primer ministro de Israel y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, respectivamente, han olvidado sus discrepancias por enésima vez.
Ambos mandatarios han preferido negociar tras una semana de intensa lucha. Los expertos hablaban incluso de una "guerra no declarada" entre el Estado de Israel y el pueblo de Palestina. Más de media centena de personas han muerto en las últimas semanas como consecuencia de los combates entre el ejército judio y la población árabe.
Pero entre todos los sucesos, uno destaca por encima de todos. La policía palestina detuvo el pasado jueves a tres soldados israelíes. Los acusaba de ser espías del Estado judío. Los encarcelaron en una comisaría palestina. Allí se congregaron decenas de ciudadanos que asaltaron el edifico hasta dar con los prisioneros. Entonces, los golpearon, los apedrearon y los maltrataron hasta la muerte. Uno de ellos fue lanzado incluso por una ventana desde un tercer piso.
Desde entonces, la situación ha mejorado notablemente en la zona. Aún así, hay que destacar enfrentamientos aislados entre soldados israelíes y manifestantes palestinos, venganzas sectarias y la presencia de la guerrilla islámica libanesa Hizbolá. [15-10-2000]