Txema García.- La historia personal de Milosevic está fuertemente estigmatizada por sus relaciones familiares, tanto con sus padres como con su actual esposa, Mirjana Markovic. Milosevic, de 59 años, nació en Pozarevac (Serbia).
Hijo de montenegrinos, su padre, antiguo estudiante para sacerdote ortodoxo y maestro de escuela, abandonó el hogar cuando Milosevic era estudiante en la escuela de primaria. Se suicidó en 1962. Su madre, también maestra, decidió acabar con su vida una docena de años después, en 1974. Esta circunstancia debió marcar el carácter del pequeño Slobo, de quién se afirma que no tuvo amigos en la infancia y que su carácter introvertido, calculador y con una extraña concepción de la vida provienen de esta época.
En 1959, Slobodan se unió a la Liga de los Comunistas de Yugoslavia. Cinco años después se graduó en Derecho por la Universidad de Belgrado. Comenzó a despuntar como director del principal banco de la capital yugoslava entre 1978 y 1983. En 1984 fue designado como jefe de la organización del partido en Belgrado. En enero de 1986, accedió a la presidencia del partido. En mayo de 1989, se convirtió en presidente de Serbia, consiguiendo la mayoría un solo año después.
Slobodan Milosevic se convirtió en el gurú del nacionalismo serbio ante las declaraciones de independencia proclamadas por todas las repúblicas de Yugoslavia, excepto Serbia y Montenegro, que originaron la Guerra Civil en Croacia (1991) y Bosnia-Herzegovina (1992). Se permitió el lujo de acuñar una frase que se convertiría en la tinta de muchos de los epitafios de las guerras balcánicas: "Allá donde hay un solo serbio esta Serbia". En 1992 es elegido presidente de Yugoslavia.
Tras la desintegración de la antigua Yugoslavia, Milosevic ha exhibido rasgos paranoicos, psicopáticos y patológicos. Calculador, gélido y mentiroso compulsivo son algunos de los calificativos que han hecho sobre él la mayoría de las personas que se han visto obligadas a tratarle.
Junto con su esposa, Mirjana -líder del Partido Comunista yugoslavo- ha formado un entramado de gerifaltes que le han ayudado a mantenerse en el poder durante tanto tiempo, desafiando incluso derrotas electorales como la de las municipales en 1996, movilizaciones ciudadanas en contra de fraudes electorales, o incluso el acoso de la Comunidad Internacional en los bombardeos de Yugoslavia durante la guerra de Kosovo. Una década de nefasta gestión en la que Yugoslavia conoció cuatro guerras, un aislamiento internacional y una crisis económica durísima.
[8-10-2000]