Internacional  La Semana que vivimos - Del 2 al 8 de octubre de 2000 - Número 176  

Gore aventaja ligeramente a
Bush tras el debate televisado

Pablo Fernández.- Estados Unidos continúa inmerso en campaña electoral para elegir a su futuro presidente. El pasado martes 3 de octubre se celebró el primer debate televisado. Al Gore partía como favorito, pero Bush supo defenderse bien. Tras el show político, el demócrata aventaja en unos pocos puntos al candidato republicano.

Se esperaba que Albert Gore hiciera gala de su gran experiencia para avasallar a George Bush en el debate. Según los sondeos, el vicepresidente fue el mejor, pero Bush salió bien parado del enfrentamiento. El debate electoral sirvió, sobre todo, para que se discutieran algunos de los puntos más importantes de los programas electorales de ambos contendientes.
El candidato demócrata, Al Gore, se apoyó en la excelente marcha de la economía estadounidense durante los ocho años de Gobierno de su compañero Clinton. Se erigió en el protector del pueblo frente a Bush, del que dijo estar más interesado en beneficiar a los ricos. Gore atacó, además, la propuesta republicana de reducir los impuestos porque esa bajada pondría en peligro el superávit presupuestario destinado a pagar la deuda pública y el sistema de pensiones. Destacó, también, como ejemplo de la política de Bush, la herencia que dejó en Texas, donde es gobernador, ya que una cuarta parte de la población de ese Estado no tiene cobertura médica.
George Bush arremetió contra las propuestas de Gore que, según él, sólo buscan conseguir el voto de las clases medias sin pensar en sus efectos económicos a medio plazo. Bush quiere recortar el gasto público y aumentar el de defensa para dar más poder a las Fuerzas Armadas. También defiende una enseñanza pública de más calidad.
El problema del elevado coste del petróleo estuvo presente en el debate. Bush, para reducir los precios, pretende exportar el crudo que Estados Unidos tiene en el santuario natural de Alaska. Por el contrario, Gore quiere promover otras fuentes de energía alternativa para evitar la enorme dependencia que tiene del petróleo la economía estadounidense.
[3-10-2000]


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