Uno más de 'Los Amables'
La Semana.- José María Martín Carpena tenía mujer e hija. Tenía 50 años. Y no tenía enemigos. Era concejal en Málaga, el número 15 en la lista de Celia Villalobos, quien dijo de él que "era una persona impresionante que no tenía enemigos". José María Martín Carpena no miraba más allá de Málaga ni más allá de su cargo.
Su única ambición era hacer felices a familia y a sus vecinos de los barrios Carretera de Cádiz y Puerto de la Torre, de los que estaba al frente. Discreto era su trabajo de barrio porque así lo quiso, aunque evidenció siempre una capacidad alabada por sus compañeros, fueran populares o de izquierdas.
Martín Carpena no pensaba en los vascos, en Madrid o en ETA, porque su mundo era Málaga, menos aún: sus barrios. Bueno, si pensaba, cada vez que moría una persona: "Hablábamos siempre de estos temas. Estaba muy sensibilizado, lo sentía mucho" explica Juan Manuel Moreno Bonilla.
Entró como edil del Ayuntamiento el 21 de abril de 1997, para sustituir a Moreno Bonilla, nombrado presidente de Nuevas Generaciones: "Era una persona -dijo ayer Moreno Bonilla- sobre todo estable, humana, amigo de sus amigos y preocupado de todas sus cosas". Martín Carpena era secretario sectorial de pesca en la junta directiva provincial del PP. Se diplomó en Administración de Empresas en la Universidad de Málaga y era funcionario de carrera en el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Martín Carpena hacía política hablando con sus vecinos, con los ciudadanos de Málaga, para luego llevar sus problemas y plantear soluciones en el Ayuntamiento. Los sábados oficiaba alguna boda en el salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga, donde coincidía con Antonio Romero, coordinador regional de Izquierda Unida. "Sobre todo era afable y simpático, y muy sencillo", dice Romero. Como hombre sencillo, era amante de la música. En su juventud formó parte del grupo Los Amables. Así era su carácter. Así era la víctima perfecta de ETA: la víctima absurda. En el fondo, tan absurda como las otras.
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