J. Esteban Gómez.- Hacía tiempo que la Fórmula 1 no levantaba a la afición española de sus asientos. Lo que ha hecho Pedro Martínez de la Rosa en Nurburgring se ha salido de todos los pronósticos. Pedro hizo gala de su mejor pilotaje, supo controlar a sus rivales en todo momento y llegó a ocupar en parte de la carrera un increíble tercer puesto.
La prueba fue espectacular de principio a fin. Salida magnífica de Hakkinen, espectaculares adelantamientos de los Arrows en las primeras curvas y primeras salidas de pista nada más iniciarse la competición. Parecía que el Gran Premio de Europa iba a ser un nuevo mano a mano entre Hakkinen y Michael Schumacher, que oficiaba de anfitrión en uno de los circuitos más famosos del Mundial. Sin embargo, la aparición de la lluvia puso la carrera patas arriba, o mejor dicho, ruedas arriba, ya que las derrapadas y los accidentes comenzaron a ser una constante.
Tan importante aguacero obligó a los pilotos a pasar por boxes para cambiar a neumáticos rayados, y de eso se aprovechó De la Rosa para ponerse en un ya sorprendente séptimo puesto, aupándose hasta la quinta posición algunas vueltas después. Por delante, la lucha entre Ferrari y Mercedes era casi a muerte, protagonizando los pilotos de ambas escuderías adelantamientos casi imposibles en un circuito empapado que iba deshaciéndose uno a uno de los participantes más incautos.
A medida que avanzaba la prueba, iban quedando menos coches en la pista, y eso hizo que los que aún permanecían en carrera fueran pasando una vez más por boxes para llenar los depósitos. Fue éste el momento culminante para De la Rosa, ya que, tras esperar a que repostaran Barrichello, Coulthard y Fisichella, consiguió auparse a un más que meritorio tercer puesto. Ahí aguantó incluso los tirones del Ferrari de Barrichello, pero la obligada parada en boxes que aún tenía que hacer el español le devolvió a la agonía de la sexta posición, al límite de los puntos.
Al final, Schumacher, que había hecho una de las mejores carreras de los últimos años -dobló a todos los pilotos a excepción de Hakkinen-, fue profeta en su tierra y se alzó con el triunfo. Hakkinen se vio impotente ante el poderío del alemán y terminó segundo, mientras que Coulthard le ganó la partida a Barrichello por el tercer puesto. De la Rosa entró finalmente sexto, abriéndosele así la puerta de la gloria.
[21-5-2000]