Amalia Casado.- Aunque se llamen PSOE-progresistas, es el Partido Popular el que se erige en abanderado de la continuidad del progreso con el lema “Para seguir progresando” y desde sus tribunas califica el acuerdo PSOE-IU de “coalición de progresistas siete machos” y “pacto de progres de boquilla”.

Entre “progres” y “centrados” anda el juego y Pujol, en una entrevista concedida al diario El Mundo, declaró que “el centro somos nosotros, y ellos ya vendrán”. Aún así, los acontecimientos de El Ejido acapararon la semana pasada las portadas de todos los periódicos, por lo que a los políticos no les quedó más remedio que hablar y buscar todo tipo de relaciones semánticas entre el desgraciado suceso en Almería, la subida al poder del partido de Joerg Haider en Austria y el comportamiento de sus contrincantes en el duelo electoral para salpicar la precampaña con un poco del “morbo” de la actualidad. Así, Almunia aprovechó la coyuntura para contestar a las palabras en que Aznar advertía a su electorado del peligro de un gobierno de socialistas y comunistas diciendo que “lo que produce miedo son algunos amigos de Aznar en Europa, que pactan con los nazis”.
Desde el PSOE se asegura que los de Aznar tienen miedo al acuerdo de la izquierda, pero los sondeos, por el momento, no muestran cambios en el voto que hagan temer al PP una derrota en las urnas. Sin embargo, en la presentación de candidatos populares, se les instó a trabajar duro durante la campaña porque, como dijo Aznar, “las elecciones no están ganadas”.
Por su parte, el coordinador de Izquierda Unida, Julio Anguita, y el escritor y Premio Nobel José Saramago advierten a Izquierda Unida de los peligrosos besos de Judas del Partido Socialista, del “abrazo del oso” que puede hacer que Izquierda Unida pierda sus señas de identidad. “Que nadie se llame a engaño: el PSOE no cree en la unidad de acción de la izquierda, se ha acercado a nosotros por una necesidad de escaños”, declaró Anguita.
[13-2-2000]