Deportes | La Semana que vivimos - Del 28 de junio al 4 de julio de 1999 - Número 117 |
a costa del Villarreal y del Extremadura
Roberto Morales.- El último acto futbolístico de la temporada, la promoción, acabó con sorpresa. Los dos equipos de Segunda, Sevilla y Rayo Vallecano, lograron el sueño de retornar a Primera División al batir con claridad en sus eliminatorias, a Villarreal y Extremadura respectivamente. Dos equipos históricos del fútbol español, que merecen estar en la máxima categoría, se unen a Málaga y Numancia como nuevos equipos de primera. Las dos eliminatorias tuvieron una ida similar. En las dos, el equipo de Primera jugó en casa, y en los dos casos el resultado fue el mismo, 0-2 para el visitante. |
La culpa la tenemos todos. Sólo hablamos de tenis cuando un español alcanza las semifinales de Wimblendon o Roland Garros. ¡Y sólo se habla de los más grandes! Siempre se menciona a Carlos Sainz, Arantxa Sánchez Vicario y Uñaki Urgandarín. Pero qué pasa con Chus Puras, Virginia Ruano y Alberto Urdiales. En España, sólo tenemos cabeza para el fútbol. Por decir algo. En realidad, somos apasionados de un deporte que gasta miles de millones de pesetas en jugadores extranjeros en vez de formar a los jóvenes. Desgracidamente, en España se ha perdido el amor al deporte. El dinero y las televisiones lo han destruido. |
Alberto Escalante.- La selección española hizo suya la leyenda del hombre lobo en París tras ser salvado por la campana en la segunda fase. Los cuartos de final se convirtieron en una cacería contra el temido enemigo lituano, que acabó rendido ante las fauces españolas. El objetivo estaba logrado: nos asegurábamos Sydney, optábamos a medalla y rompíamos el muro de los cuartos de final.
España había triunfado, pero no se quitó el disfraz de lobo cuando al día siguiente el equipo anfitrión, el mismo que nos había salvado de la muerte hacía unos días, se interpuso en nuestro camino en la semifinal. Francia asistió atónita e impotente al ataque de una manada de doce lobos hambrientos de gloria. El premio fue la clasificación para la gran final del Eurobasket frente a una sorprendente Italia que había borrado del mapa primero a Rusia y luego a Yugoslavia, los dos últimos clasificados del último Mundial.
España acudía a la final para disfrutar, pero sin renunciar a nada. Habían igualado la gesta de aquella selección mítica de los años ochenta. Los Epi, Corbalán, Fernando Martín, Romay, Iturriaga y compañía fueron cuartos en el Mundobasket de Cali´82 y segundos en el Eurobasket de Nantes´83, para posteriormente escribir la página más bella del baloncesto español; la plata olímpica en Los Ángeles´84. De momento, la selección de Herreros, Reyes, De Miguel, Corrales, y demás han sido quintos en el pasado mundial de Atenas´98 y estaban en la final del europeo de Francia´99. El año que viene, los Juegos Olímpicos de Sidney´2000 nos esperan y podremos soñar con repetir la Historia.
Italia nos permitía aspirar al primer oro de una selección senior, pero nuestros chicos perdieron ellos solos el encuentro. Los tiros libres fueron nuestra condena, pues de haber metido la mitad de los que fallamos ahora brillaría sobre sus pechos una medalla de oro. Sin embargo, la reacción final de España hizo que Italia sufriera hasta el último minuto y que nos volviéramos con la cabeza muy, pero que muy alta. Lo mejor de esta selección es que tiene detrás una base muy sólida de jugadores que garantizan el relevo de los subcampeones de Europa. No hay que olvidar que hace un año en Varna nuestros juniors ganaban la final del Eurobasket y que poco después ganaban el torneo de Manheim, el Mundial oficioso de la categoría.