Opinión  La Semana que vivimos - Del 7 al 13 de junio de 1999 - Número 114  

- ALBERTO ESCALANTE: Campaña sin candidatos ni proyectos
- ALPACHYNO: Un voto en blanco por Kosovo
- ANTONIO BURGOS: El doctor odoris causa en mierdas
- ÁLVARO ABELLÁN: Estrategias, intereses y otras canalladas

Campaña sin candidatos ni proyectos

Alberto Escalante.- ¡Vaya una campaña que hemos vivido! Tres comicios en uno y aún así no hemos podido asistir a una verdadera confrontación de proyectos políticos de uno y otro lado. Los ciudadanos no conocen apenas qué harán cada uno de los candidatos vencedores en las elecciones. Sólo conocen lo que su partido hizo mal cuando estuvo catorce años en el Gobierno, o los tejemanejes que se traen entre manos los que ahora gobiernan. Mientras, los otros se han pasado la campaña hablando de Kosovo y aprovechando el filón de Javier Solana y de Aznar.
Empezamos la campaña tirándonos a la cabeza los incendios de lino, hasta que los socialistas se dieron cuenta del peligro de abrasarse, y retiraron de sus discursos este tejido. Pero lo que realmente me ha llamado la atención es que los mítines los han protagonizado el presidente del Gobierno, José María Aznar; el secretario general de los socialistas, Joaquín Almunia; el militante más influyente de la historia de España, Felipe González; y Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida. ¿Adivinan qué tienen en común? Exacto. Ninguno de ellos era candidato el 13J. ¿Y los candidatos? Pues bastante tapados por las tardes de gloria de sus teloneros. Es una lástima, pero así es hoy la política. No se vota un proyecto, una forma de entender Europa, las Comunidades Autónomas o las ciudades. Votamos a un producto-candidato que compiten por ver quién de ellos ha tenido la mejor imagen durante los días previos a las elecciones. Así es, votamos una cara, no un futuro.
El colmo de la campaña han sido las palabras de Felipe en las que comparaba a Aznar y a Anguita como "la misma mierda". Sin duda, el ex presidente tuvo un renuncio y un grave error, pero la hipocresía que ha destapado con esa frase es tremenda. Algunos políticos y, sobre todo, los medios de comunicación se han llevado las manos a la cabeza cuando ellos mismos pronuncian con demasiada asiduidad calificativos como genocida, criminal de guerra o criminal de Estado - sin demostrar aún por un juez, pese a quien pese -. Coherencia, señores, coherencia: o jugamos todos o se rompe la baraja.


Un voto en blanco por Kosovo

Alpachyno.- Quiero creer que ha sido por Kosovo. Claro, que también ha podido deberse a la plena desconfianza que tenemos de nuestros políticos. Ellos no se dan cuenta. Hablan y hablan gustándose a ellos mismos, pero no atienden a la voz de la calle. Cierran los ojos ante las indicaciones que les hace el pueblo que, más tarde, les vota. Por eso, los políticos han fracasado de nuevo en su mensaje electoral. Desde el Partido Popular hasta Izquierda Unida, todos los grupos políticos han equivocado su manera de ganar unas elecciones. Pocos se dan cuenta de que lo que gana unos comicios es un plan de trabajo argumentado.
Pero los políticos no escuchan. Y cuanto más experiencia tienen, más tropiezan en sus propios errores. Miren ustedes el ridículo nacional de todo un ex presidente de Gobierno. Una vez más, Felipe González se equivocó en sus declaraciones. Pero también erró Aznar con su mensaje españolista referente al País Vasco en unas elecciones que poco tenían que ver con Euskadi. Según ellos, todos ganan. Pero, en realidad, la única vencedora de las elecciones, a parte de las mujeres candidatas, ha sido la Democracia. Aunque también ha perdido algo.
Cuando la abstención de unos comicios roza el 50%, hay algo que falla. Pero los políticos no se dan cuenta, o no quieren percatarse de ello. Había varios modos de castigar a los partidos por sus discursos incoherentes. Y la mayoría social, ha elegido el más fácil, que es no acudir a votar. Se está más cómodo en casa. Sobre todo, si hay tormenta. Pero yo, quiero creer que una pequeña causa de esa abstención ha sido Kosovo. Es posible que, desde nuestro corazón, todos juntos hayamos dicho NO a la guerra en los Balcanes. Aunque la paz ya está cerca, los europeos no podemos ni debemos olvidar el crimen que se ha cometido ilegalmente en Yugoslavia.


El doctor odoris causa en mierdas

Antonio Burgos.- En La Habana existen los comemierdas. En Cádiz, que es La Habana con más salero, las huelemierdas: las señoronas que van como perdonando la vida a todo el mundo y mirándolo por encima del hombro. Lo que no existía en ninguna parte del mundo eran los peritos en mierdas, y ya lo tenemos aquí. No sé qué están esperando las universidades del mundo para hacer a González doctor odoris causa en mierdas. Sabe de mierdas más que nadie. Nadie ha hecho un master en mierdas como él, por la Universidad de lo vaina... de lo vaina que es para cargarse al partido queriendo hacer gracia sin tenerla. Nada hay más temible que un sevillano queriendo tener gracia por cojones. Se queda en lo que en Sevilla llamamos "un gracioso": "Ese es un gracioso...". Estas cosas las hacía bien Guerra, que será otras cosas, pero nunca un gracioso. González, a efectos de la gracia, siempre fue un señorito malage.
Pero habla de mierdas no por hacer gracia, sino como experto. ¿Quién sabe de Mierdas del Estado más que González, que lo servía desde los mojones de sus alcantarillas? ¿Quién con más experiencia en catalinas que quien enmerdó la democracia con la corrupción y el crimen de Estado? Karlos Argiñano anda entre perejiles y puede hablar mejor que nadie del perejil. Savarin andaba entre fogones y podía hablar mejor que nadie de gastronomía. González, que tanto tiempo ha sido el Mark Spitz de nadar en la mierda, es el que mejor puede hablar de ella. El que anduvo de "sommelier" de la mierda, escanciándola en todos sitios, se ha retirado ahora y ejerce de "gourmet" y crítico gastronómico de la mierda.
Publicado también en EL MUNDO, Tres a Raya: 13-6-1999.

LA IMAGEN DE LA SEMANA

FOTOGRAFÍA PUBLICADA EN ABC

Estrategias, intereses y otras canalladas

Álvaro Abellán.- Cuando el común de los mortales habla hoy de estrategia, normalmente habla de fútbol. Como mucho, de ventas y de economía. Por eso nos cuesta entender que la intervención de la OTAN - empujada por EE UU - en Kosovo responda a otros fines que no sean los humanitarios. Sin embargo debe haber otra cosa, ya que por fines humanitarios también se podría intervenir en Turquía, en Cachemira y en El Tíbet. Y esa otra cosa, que se nos escapa, es la estrategia geopolítica.

Estas teorías defienden que hay áreas geográficas de fundamental importancia en todos los ámbitos, especialmente en el político y el militar. El territorio fundamental en la geopolítica mundial es la Europa del este. Europa quiere "conquistar" esa zona mediante la integración de los países del este en la UE. Estados Unidos, de forma sibilina, también busca introducirse allí desde la OTAN. Pero europeos y americanos se han olvidado de la vieja Rusia.

Rusia no puede permitirse mantener un contingente militar en Kosovo, pero lo hará. Aunque tenga que desplazar a todas las unidades que tiene en Bosnia. Porque Rusia, además de ser amiga de los serbios, sabe de geopolítica.

Pero estos son los intereses de los poderosos, de los que deciden, de los que menos saben sobre la realidad del conflicto. Por otro lado están los intereses de los verdaderos protagonistas: serbios y kosovares. Los primeros se oponen a la independencia de Kosovo, aunque están dispuestos a aceptar una amplia autonomía. Los segundos se debatían entre la independencia y la autonomía, aunque las brutalidades de la guerra les han unido para luchar por lo primero.

En el pacto de la OTAN con Milosevic, así figura además en la resolución de la ONU, se le aseguró al presidente serbio que Kosovo nunca sería independiente, y que tampoco se dividiría el territorio. La entrada de Rusia en Kosovo sin contar con la OTAN puede propiciar lo segundo. Los americanos, prácticamente instalados en la región, ya planean proclamar la independencia de Kosovo en cinco o seis años. Un Kosovo pro OTAN y pro americano gracias a este montaje bélico.

Es una canallada firmar un pacto con la intención de no cumplirlo. Pero es una canallada nada nueva para la OTAN y los americanos, que ya pisotearon el derecho internacional al iniciar esta guerra y la última campaña contra Irak.


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Última actualización: Domingo, 13 de junio de 1999