Mª. Almudena Hernández Pérez.- El camino es duro. El sol respira primavera y duelen los pies en la última procesión. En la otra, la de regreso a casa, lo que se calientan son los ánimos. Y la paciencia. Suerte que han tenido quienes han estado por Sevilla: los pasos, el puente, los costaleros... Y el azahar. Aunque las retenciones, las averías del coche, y los mareos han protagonizado el Domingo de Resurrección, no hay Domingo de Resurrección sin toros en Sevilla. Como no hay, ni ha habido desde hace cuarenta años, una Maestranza que resucita a los toros sin Curro Romero. Y Curro estuvo para rivalizar en quites con un torero que se presenta como matador en su plaza. Pero cuidadito, que vienen en un mercedes dos toreros que han garantizado que muchos procesionarios colapsasen las inmediaciones de la plaza.
Espartaco, con tapicería para la ocasión, tomó impulso con la ovación de bienvenida y tiene el pie preparado para pisar el acelerador durante toda la temporada. Volver a casa es emocionante, sobre todo si hay un minuto de silencio eterno recordando a Antonio Ordóñez. Y menos mal que fue Sevilla, que si llega a ser Barcelona las dos niñas que recibieron el brindis de su padre no estarían en barrera para ver el regreso de un torero grande. Y el padre, que se llama Juan Antonio, se justificó con el peor lote de Torrealta. José Tomás, ya sin la "ele" de novato y en trámites para hacerse torero del coso hispalense, se atrevió a rivalizar con Curro. Verónicas magníficas en el suelo maestrante. Mas se apagó el toro, y el ocaso llegó a la carretera de la puerta del Príncipe.
Una vez guardados los santos en sus altares, los capuchones en los armarios y los rosarios en la cajita del tocador, volvió el AVE a Madrid, como vuelve la Feria a Sevilla por primavera. El Juli, que se va a sacar el carnet cuando sople unas pocas velas más, ya es experto en rallies por las carreteras españolas. Y, salvo el avión que cruza el charco, también de las americanas. Con la escolta de la popularidad, Julián pasa los pueblos de cuatro en cuatro. Y para torear. Llegará a Sevilla el 22 y se irá el 23 con posibilidades de montar en el ruedo maestrante una caseta de feria. Mas, precaución, que en La Maestranza hay un guardia vestido de silencio y seriedad y un perro de mala suerte que da cornadas que asusta tanto como el de Madrid.
Antaño decían que el hambre daba las cornadas. Una enfermedad llamada sevillitis es la que padece Tomás Campuzano, que dejará el toreo este año y el abono de la capital andaluza le ha pegado un mordisco. Fuera de los carteles y con el automóvil en el taller, el torero espera que en San Isidro haya sitio para que aparquen todos, y ya en Madrid, con las zapatillas puestas, uno se de unos lances en el gran salón de Las Ventas.
Mª. Almudena Hernández Pérez.- Si en Fuendetodos hubieran descubierto el velcro, los toritos de terciopelo y plástico que se venden de recuerdo, y la sangre de quechu que se usa en las películas, seguro que la Fiesta no habría llegado tan lejos. O, al menos, un poco más cerca que el Japón. Al igual que La Lechera de Burdeos conserva su belleza con los años, ha quedado para la historia la primera corrida a la japonesa. En el coliseo de Yoyogi, los toreros españoles Sergio Sánchez y Roberto Antolín, El Millonario, lidiaron toros de las ganaderías mexicanas de Real de Saltillo y los Martínez.
El público, que era el personal de la empresa organizadora Venture Safenet, aprendió a decir olé y lo puso en práctica en las actuaciones de los diestros y del personal taurino que intentó representar, lo más fielmente posible, la Fiesta de los toros. La peculiaridad del festejo, y las numerosas trabas que se solventaron para esta celebración incruenta, obligó a diseñar unas banderillas terminadas en una bola de velcro, que se pegaban en otro trozo del mismo material anteriormente colocado en el lomo de las reses.
Los japoneses aceptaron y degustaron de la corrida que fue propulsada por la Asociación de Matadores y Rejoneadores, hasta el punto de llenar los graderíos de pañuelos y pasear en hombros a los diestros. Después de este experimento, los nipones deberían de organizar una corrida de rejones o un festejo goyesco.
Hasta entonces, habrán de conformarse con venir a España y adquirir una entrada, por ejemplo, para la corrida del 2 de mayo en Madrid. El día de la Comunidad ya tiene cartel. La Monumental de Las Ventas acogerá el regreso de Espartaco a la capital de España, con una corrida sin más peculiaridad que celebrar la conmemoración de los sucesos que retratara Goya, y con el postín que Joselito recuperara para la Fiesta en la goyesca del 96 en homenaje al pintor de Fuendetodos. Junto con el diestro de Espartinas, harán el paseíllo a pie Caballero y Eugenio de Mora, y a caballo Leonardo Hernández. Los toros serán de Los Bayones y Puerto de San Lorenzo.
CINE.- ¿No sabe qué película ir a ver? Aquí dispone de una larga lista de películas con un comentario sobre ellas para que sea más fácil elegir el largometraje que quieres ver. Para no encontrarse con una película de acción cuando uno quiere algo más tierno, o para no dormirse en la butaca cuando apetece sentir el riesgo en la pantalla.