Internacional  La Semana que vivimos - Del 14 al 20 de diciembre de 1998 - Número 89  

EE.UU. bombardea Irak en vísperas
de la votación para destituir a Clinton

Txema García.- Los ejércitos de EE.UU. y Gran Bretaña bombardearon diversos objetivos en territorio iraquí durante cuatro días sin haber sido aprobado el ataque por la ONU. Aunque las hostilidades concluyeron el sábado, Clinton se reservó el derecho unilateral y sin previa consulta de volver a atacar a Sadam si intenta reconstruir su arsenal de destrucción masiva.


El ataque de EE.UU. destrozó algunas casas
y hospitales irakíes

Después de que el informe del jefe de los inspectores de la UNSCOM, Richard Butler, concluyese que "no se podía hacer nada en Irak", y denunciase la resistencia iraquí a las inspecciones, la vía diplomática no pudo evitar otra vez el ataque aéreo. Los misiles de crucero "Tomahawk" comenzaron a caer al filo de 22.00 horas del pasado miércoles 16 en diversos objetivos de Bagdad. A lo largo de los cuatro días de conflicto, las fuerzas anglo-norteamericanas descargaron más de 300 misiles "Tomahawk" sobre territorio iraquí provocando cerca de 25 muertos y 70 heridos. Los ataques del Ejercito de coalición se produjeron desde el portaaviones Enterprise, seis destructores, un crucero y un submarino fondeados en aguas del Golfo Pérsico. Los aviones bombardero B-52 y los Tornados británicos apoyaron el ataque desde el principio.
La operación, bautizada como "Zorro del Desierto", tenía como misión principal la destrucción de objetivos que frenasen la producción de armas de destrucción masiva que supuestamente trataba de ocultar el régimen de Sadam a los inspectores de la ONU. Como posibles objetivos figuraban los palacios presidenciales, instalaciones militares,... Los gobiernos norteamericano y británico calificaron de "éxito" la operación y estimaron que los daños retrasarán un año la producción iraquí de armas de destrucción masiva. Entre los edificios destruidos o dañados figuran el Ministerio de Defensa, la refinería de Basora, la radiotelevisión, varios palacios presidenciales, los almacenes del Ministerio de Comercio, la Comisión de Industrialización Militar, la sede del Servicio de Inteligencia y el de la Policía. Sin embargo, varios misiles impactaron en objetivos civiles destruyendo varios hospitales.
Sadam Hussein, en varias comparecencias en la televisión, pidió a los ciudadanos iraquíes que resistiesen y combatiesen a los atacantes, y achacó la agresión a la complicada situación política a la que vive Clinton en vísperas, cuando se produjo el ataque, de la votación por su destitución. Tras la conclusión de la operación militar anunció que no volverá a permitir las inspecciones de la ONU. El ataque provocó diversidad de reacciones, en su mayoría de condena al ataque y a la intransigencia del dictador iraquí. "Es un día triste para el mundo", así calificó la ofensiva el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, artífice de la resolución pacífica en la grave crisis de febrero entre EE.UU. e Irak.
El presidente ruso, Boris Yeltsin, calificó el ataque de "inaceptable" y exigió su cese inmediato, además, puso en alerta roja a todo el ejército ruso, incluido el arsenal nuclear y retiró sus embajadores de Washington y Londres, con lo que rompieron relaciones momentáneamente con ambos gobiernos. La mayoría de las naciones europeas criticaron veladamente la agresión y en diversos países árabes se produjeron incidentes frente a las embajadas norteamericanas, destacando el asalto a la sede estadounidense en Damasco, Siria, donde tres individuos lograron hacerse con la bandera estadounidense y quemarla. Por su parte, el Papa calificó la operación de "agresión".

El ataque a Irak: una coctelera de circunstancias


Clinton será juzgado por perjurio
en el Caso Lewinsky

Se ha llegado a la resolución violenta de la crisis debido a diversas circunstancias y procesos complicados que van desde circunstancias políticas internas norteamericanas, pasando por el conflicto provocado por las inspecciones de la ONU en busca de armas de destrucción masiva en suelo iraquí, hasta llegar a la situación de colapso que vive Irak desde su derrota en la Guerra del Golfo. La situación política norteamericana fue decisiva: muchos piensan que el ataque se produjo para desviar la atención y retrasar la votación para la petición del proceso de "impeachment", entre ellos los republicanos. Sin embargo, Clinton sólo logró retrasar un día el debate, finalmente perdió la votación y deberá enfrentarse al proceso de destitución. A esto se une el fracaso como mediador que tuvo Clinton en el proceso de paz para Oriente Próximo en su visita a Israel, Gaza y Cisjordania la semana anterior, ante la intransigencia de Netanyahu, también agobiado por presiones políticas propias.
Lo que es innegable es que las inspecciones de la ONU han sido decisivas en las tensas relaciones entre EE.UU. e Irak. Tras la Guerra del Golfo, la ONU decidió realizar un bloqueo al régimen iraquí hasta que no parase y destruyese la producción de armas de destrucción masiva. Para ello, los inspectores de la UNSCOM examinaron diversos edificios sospechosos de albergar dicho material. Hussein acusa en enero al responsable de los inspectores de la ONU, Scott Ritter, de ser un espía y provoca la negativa iraquí a colaborar. La situación se calienta y tiene que ser desactivada por Kofi Annan in extremis, logrando el compromiso de Hussein a colaborar. Sin embargo, el responsable de la UNSCOM abandona de nuevo el país después de que Irak se niegue a entregar los informes sobre la guerra Irán-Irak de la década de los 80. Hussein anuncia una nueva ruptura en la colaboración con la UNSCOM y Clinton amenaza con un ataque que se solventa nuevamente con la claudicación del presidente iraquí.
El informe de Richard Butler de diciembre, en el que recoge la negativa a colaborar del gobierno iraquí, es decisivo. Si bien dicho informe recoge conclusiones excesivamente alarmistas y constata que de más de 300 inspecciones, tan sólo se puso trabas a cinco, si bien en una de ellas finalmente permitieron la entrada, en otra se debió a problemas meramente formales y en otra el gobierno iraquí entendía que dicho edificio contenía información que nada tenía que ver con las investigaciones de la UNSCOM. El tercer punto importante del asunto son las sanciones internacionales que sufre el país desde 1991, que han provocado que la principal fuente de riqueza que es la exportación del petróleo esté cohibida y que la situación del país sea de colapso, donde faltan artículos de primera necesidad y escasean los medicamentos, y donde mueren al año 700.000 niños a causa de la caótica coyuntura.
Dicha situación ha venido provocando los continuos desafíos de Hussein a la ONU para recordar al mundo su situación y reclamar el levantamiento de las sanciones. Este fue uno de los puntos tratados por Hussein y Annan en febrero, finalmente minimizado y casi ignorado por la Comunidad Internacional.

El más directo antecedente: la Guerra del Golfo


Los restos de la Guerra del Golfo permanecen
todavía en el desierto iraquí

En 1991, Irak invade Kuwait, emirato que Hussein reclama como parte histórica de su territorio y justifica la invasión en base a la ideología panárabe del Baaz, además de dominar los abundantes pozos petrolíferos del país. El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba resoluciones que culminan en la exigencia a Irak de abandonar Kuwait en la fecha límite del 15 de enero. Exigencia que no cumple el régimen iraquí.
Una fuerza multinacional compuesta por más de 500.000 soldados de tierra, mar y aire pertenecientes sobretodo a EE.UU., Gran Bretaña y Francia y respaldada por la mayoría de países de la Comunidad Internacional, incluidos países árabes como Egipto, Siria, Bahein, Emiratos Árabes, Arabia Saudí,.. decide atacar al ejército iraquí. La guerra se produce entre enero y febrero en suelo kuwaití e iraquí y se salda con 27.000 bajas iraquíes y tan sólo 257 aliadas.
La Guerra del Golfo fue la primera de la historia en ser retransmitida por televisión en directo y se produjo en una coyuntura de acuerdo total entre la Comunidad Internacional, nada que ver con el ataque de la semana pasada que ha contado con la convicción unilateral anglo-norteamericana de que el bombardeo era la única solución posible a una nueva crisis en Irak y cuya coartada es un informe que parece ser un mero pretexto.
[del 16 al 19 de diciembre de 1998]


Pinochet recupera su inmunidad en espera de
una nueva sentencia de la Cámara de los Lores

Jorge Galián López.- Augusto Pinochet, por medio de sus abogados, presentó un nuevo alegato a la Cámara de los Lores, aduciendo la falta de imparcialidad de uno de los cinco jueces que votaron contra su inmunidad soberana. El ex general acusaba a lord Hoffmann, quien emitió el quinto y definitivo voto el 25 de noviembre, de tener relación con una de las partes implicadas en el proceso. Leonor Hoffmann es el presidente de Amnesty International Charity y su esposa lleva trabajando 20 años para la organización humanitaria, que ha condenado en repetidas ocasiones los crímenes de Pinochet y era parte activa en el proceso.
Un nuevo tribunal de cinco jueces lores convocó audiencias preliminares los pasados martes y miércoles para escuchar los argumentos de los abogados de Pinochet, los que representan a España y los de Amnistía Internacional. El jueves ya estaba la decisión sobre la mesa.
Browne-Wilkinson, presidente del tribunal y juez lord más veterano en activo, pronunció las siguientes palabras: "en las especiales circustancias de este caso, incluyendo el hecho de que Amnistía Internacional se unió a él en el papel de interviniente y actuó por medio de abogado, lord Hoffmann, que no reveló su relación, estaba descalificado para formar parte del comité de apelación". Con este discurso mostró su voto para que el fallo del 25 de noviembre quedara sin efecto. Los otros cuatro jueces, por orden de antigüedad, mostraron su conformidad con la decisón de Browne-Wilkinson, y la decisión quedó tomada por unanimidad.
Pinochet, que consiguió una victoria sin precedentes, ya que nunca antes se había anulado una decisión de la máxima instancia judicial británica, debe luchar por mantener su inmunidad en la nueva vista que se celebrará a partir del 18 de enero. En este nuevo proceso el gobierno chileno no quiere dejar solo a Pinochet y será "parte interviniente". Hasta que haya nueva decisión el proceso de extradición queda en el aire.
Por su parte, Andrés Zaldívar, presidente del Senado de Chile, solicitó a José María Aznar que sea una corte internacional de justicia la que decida quién es competente para juzgar a Pinochet. La propuesta fue contestada por Abel Matutes, que declaró que España está dispuesta a estudiar la propuesta.
[17-12-1998]


Clinton no desatascó el proceso de paz en Oriente Próximo

Fernando Martínez.- El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, no logró que palestinos e israelíes llegasen a un acuerdo para continuar con el tratado de paz de Wye Plantation. De nada le sirvieron al mandatario americano las buenas palabras que emocionaron a un auditorio de jóvenes judíos y palestinos el día 13 de diciembre. Desde que Clinton llegase al aeropuerto de Cisjordania, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, no paró de manifestarle sus quejas sobre el proceso de paz al dirigente norteamericano.
Netanyahu ha sido un cúmulo de despropósitos con respecto al proceso de paz, e incluso con Clinton presente, el dirigente judío reclamó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, el cumplimiento de una parte del trato de Wye que, según Netanyahu, no se había llevado a cabo. El primer ministro israelí reclama que no se han retirado las armas ilegales de algunos palestinos, así como que no se han desconvocado las manifestaciones y no se ha refutado el artículo de la OLP referente a la destrucción del Estado de Israel. Sin embargo, Bill Clinton afirmó que los palestinos sí están cumpliendo con su parte del trato, aunque, refiriéndose a las manifestaciones palestinas, se podría "haber solucionado mejor, eliminando la violencia de las manifestaciones de las calles".
La reunión que mantuvo Clinton con Netanyahu, Arafat, y los asesores de éstos últimos, sirvió de poco. Al empezar, Netanyahu puso sobre la mesa documentos que contenían la parte supuestamente incumplida por los palestinos. Éstos abandonaron el despacho de negociación, ya que, como explicó Nabil Chaat, ministro del Plan de Cooperación Internacional palestino, "después de haber intentado anular la reunión, han aceptado participar, inventando nuevos pretextos y mentiras y poniendo nuevas condiciones con la intención de no respetar sus compromisos.
Netanyahu se mantiene en su cargo apoyado en el parlamento por los grupos judíos más radicales y ortodoxos, quienes no quieren la paz con los palestinos. El primer ministro israelí podría verse sin estos apoyos extremistas, y por tanto con la caída de su gobierno, si llegase finalmente la paz en Oriente Próximo. Algunos apoyan este factor como el detonante de la negativa de Netanyahu a retirarse del 5% de Cisjordania, así como de las continuas interrupciones y bloqueos a los acuerdos de paz.
[15-12-1998]


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Última actualización: Domingo, 20 de diciembre de 1998