Opinión  La Semana que vivimos - Del 28 de septiembre al 4 de octubre de 1998 - Número 78  


Si no eres impasible y tienes una opinión para todo, este es tú rincón: El Rincón del Inquieto. En este apartado, todas las semanas te proponemos un tema sobre el que opinar. No importa si estas a favor o en contra. En este Rincón, todos los que somos como tú te escuchamos y estamos abiertos a tus opiniones, porque cada uno tenemos nuestro propio punto de vista, luego... ¿por qué no ponerlo en común con todos los que leemos "La Semana que vivimos"? Por que todos somos distintos y vemos las cosas de forma diferente... envíanos tu opinión a redaccion@lasemanaquevivimos.com junto a tu nombre, ciudad de residencia, edad y e-mail.

DEBATE: ¿Es necesario cambiar la Contitución para fomentar la paz en el País Vasco?


El abuelo Arzalluz

Alpachyno.- Lo de llegar a abuelo debe de implicar un grado de vagueza mental, y viceversa. Al mío - que en paz descanse - le daba por narrar una y otra vez sus batallitas de la Guerra Civil en Ceuta. Otros se reúnen en el parque y fantasean recíprocamente mientras juegan a las cartas sentados en un banco. Pero existe un abuelo por excelencia, un ABUELO en mayúsculas, que desde hace tiempo da lecciones de veteranía los domingos por la mañana.
Eso es lo que hace Arzalluz, que es abuelo más ningún otro. Él se considera abuelo de todos los jóvenes radicales de Jarrai, que por supuesto tienen el RH negativo; y como tal, les regala una bolsa de caramelos ideológicos por semana. Si los nietos batasunos reclaman una Euskal Herria libre e independiente, el abuelo Arzalluz se sube al púlpito en la jornada dominical y, cual sacerdote en su parroquia, exige en la homilía una nueva Constitución con libertades para el País Vasco. Sólo le falta vestirse de cura y decir "amén" al final de sus sermones.
A este paso, Arzalluz encabezará en breve la lista de inolvidables abuelos que nos ha deparado la historia: el abuelo de Heidi, el abuelo de Médico de Familia, el abuelo del Nissan Serena e incluso el abuelo Cebolleta de Antonio Burgos. Con un poco de suerte, abandona la presidencia del PNV para liderar el Sindicato Internacional de Abuelos.
Quizá sea la mejor solución para esta España nuestra, que no de Arzalluz ni de sus nietos. Todos viviríamos más felices con él jubilado, e incluso los políticos alcanzarían con mayor rapidez un consenso para lograr la Paz en Euskadi. Mientras tanto, el camino para asentar la tregua de ETA se antoja árduo por el constante interrogante que se preguntan el resto de los partidos: ¿Y el abuelo Arzalluz, qué opina de esto?


Deténganme

Nacho Abad.- La pasada semana conocimos el Proyecto Policía 2.000 que pretende incentivar a los 50.000 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y mejorar su equipamiento. Un policía es un funcionario del Estado. Como cualquier funcionario disfruta de la garantía de un sueldo a final de mes y tiene la seguridad de un puesto de trabajo de por vida, lo que se conoce como contrato fijo, y dejémoslo claro, con todos sus derechos.
Muchos padres recomiendan a sus hijos que se presenten a una oposición. Así, entre otras cosas, pueden planificar el futuro sabiendo que no van a pasar apuros económicos; el Estado siempre paga a final de mes. Por el contrario, el trabajador de la empresa privada vive en constate duda: ¿Me dirán mañana que me quede en casa?
Cualquier funcionario estaría encantado de contar con las ventajas de trabajar para al Estado y beneficiarse también de las que otorga la empresa privada. Pensado y hecho. El Ministerio del Interior piensa gastarse 16.000 millones en pagar pluses de productividad. Inicialmente cada agente verá a final de mes como su nómina aumenta en 30.000 pesetas si cumple con los objetivos que le marquen.
Un policía, un maestro, una abogada... todos deben cumplir con su trabajo. Pero lo que resulta la repanocha es que para conseguir que un funcionario lo haga BIEN haya que incentivarle como si se tratase de una empresa privada: cuantas más detenciones, más pasta a final de mes. Comprobaremos como porcentualmente los más desfavorecidos por esta situación son los inmigrantes y los gitanos, o se imaginan ustedes que aumentarán las detenciones de los Marios Conde. La persecución policial de los marginados crecerá. Más de uno pensará: "que se jodan si deteniéndoles ingreso 30 mil más del ala".
Puestos a incentivar a los funcionarios prefiero que se haga con los médicos, o con los profesores de los barrios más problemáticos. Cuanto mayor sea el grado de alfabetización más dinero a fin de mes; a mayor conocimiento académico de los alumnos, más dinero para los profesores responsables. Porque a la persona analfabeta, a la persona que no tiene ninguna o escasa preparación académica no es que le cueste acceder al mercado laboral, le es imposible. Y de algo hay que vivir: robar es lo más rápido y fácil. ¿Por qué primar al que detiene, en vez de incentivar al que enseña? ¿Por qué pensar en parchear el final del proceso, en vez de resolver las causas que están en el origen?

Constitución talla XL

Antonio Burgos.- Los dependientes de la zapatería de mi madre gastaban a los aprendices una novatada terrible y cuartelera. A todo aprendiz nuevo, Rafael el encargado, trianero y guasón, le decía: "Niño, llégate al almacén por la máquina de ensanchar estanterías". Y allá que venía el pobre cargado con un terrible paquete de piedras, que tal era la fingida máquina de la crueldad. Si Aznar fuera de Triana, ante la queja de Arzalluz le diría: "No se preocupe, don Xavier, si no caben, vaya al almacén y diga le den la máquina de ensanchar Constituciones". Y como tienen esa práctica en cargar piedras...
A Arzalluz se le ha quedado chica la Constitución como a los colegiales el uniforme. ¿No le pueden sacar de ancho, echarle las mangas? Y eso que le dimos la talla grande, XL. En la Constitución que nos iguala a todos como la muerte hay tallas: talla S, que gastan Murcia, Extremadura; talla M, Andalucía y Galicia; talla L, Cataluña. Y talla XL, el País Vasco. Pero, claro, con tantos fueros y tantos conciertos, venga a engordar, se les quedó chica hasta la talla XL. Tendrían que hacer el plan de la sopa y la cebolla, como otros pueblos de España hace muchos años que están a pan y agua, y caben. Pero los niños mimados siempre nos chulean, y se les compra otro plumífero para ir al cole en cuanto protestan. No sé si cabrán o no en la Constitución. Insisto en que el País Vasco entero cabe en la provincia de Málaga, donde Celia Villalobos tiene un entorno electoral por lo menos igual de numeroso que el de Arzalluz, y no se queja de nada, ni de que no le dan el Ave. Mientras no digamos que bueno esta lo bueno de chantajes y mandemos a este señor por la máquina de ensanchar Constituciones, seguiremos todos con las tallas S o M sin rechistar, y él despreciando la XL.
Publicado también en EL MUNDO: 1-10-1998.


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Última actualización: Domingo, 4 de octubre de 1998